Un 26 de julio de 1875 nace el poeta español Antonio Machado. Fue representante de la famosa generación del 98, y por ello hoy le rendimos homenaje con las frases más sorprendentes de Antonio Machado en el día de su nacimiento.
Empezó con rasgos románticos y posteriormente sus poemas persiguieron siempre un compromiso humano. Alumno distinguido de la Institución Libre de Enseñanza, murió en el exilio en la agonía de la Segunda República Española.
Las mejores citas de Antonio Machado
Sin el tiempo, esa invención de Satanás, el mundo perdería la angustia de la espera y el consuelo de la esperanza.
Converso con el hombre que siempre va conmigo. Quien habla solo, espera hablar con Dios un día.
Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien.
La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos. Son las frases más sorprendentes de Antonio Machado en el día de su nacimiento.
Cuando nos vimos por primera vez, no hicimos sino recordarnos. Aunque te parezca absurdo, yo he llorado cuando tuve conciencia de mi amor hacia ti, por no haberte querido toda la vida.
El poeta debe escuchar con respeto la crítica ajena, porque el libro lanzado a la publicidad ya no le pertenece. Él lo entregó al juicio de los hombres, sin que nadie le obligase a ello. Asístele, sin embargo, el derecho de no ser demasiado dócil a admoniciones y consejos, y le conviene, sobre todo, desconfiar aún de sus propias definiciones.
Huid de escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura.
Siempre que trato con hombres del campo pienso en lo mucho que ellos saben y nosotros ignoramos, y en lo poco que a ellos importa conocer cuanto nosotros sabemos.
Cuando caminan, cabalgan a lomos de mula vieja, y no conocen la prisa ni aún en los días de fiesta. Donde hay vino, beben vino; donde no hay vino, agua fresca. Son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos descansan bajo la tierra.
Yo he visto garras fieras en las pulidas manos; conozco grajos mélicos y líricos marranos… El más truhán se lleva la mano al corazón, y el bruto más espeso se carga de razón.
Aprende a dudar y acabarás dudando de tu propia duda; de este modo premia Dios al escéptico y al creyente.
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