La pandemia ha cambiado nuestro modo de actuar y de relacionarnos en el último año y medio. Las mascarillas se han convertido en un elemento indispensable para la sociedad a la hora de salir a la calle y de estar en lugares cerrados. El próximo sábado 26 de junio, esto cambiará en España cuando las mascarillas dejen de ser obligatorias en espacios abiertos donde la distancia de seguridad pueda respetarse.
Se trata de una medida que gran parte de la sociedad espera con muchas ganas, aunque los expertos advierten que, después de tanto tiempo donde las mascarillas han sido protagonistas en nuestras vidas, puede producirse lo que se conoce como el ‘síndrome de la cara vacía’.
Muchos expertos aseguran que, tras un periodo como el que hemos vivido, salir a la calle sin mascarilla puede causar trastornos en muchas personas al sentirse indefensas sin esa protección. «El estrés deja huella. Hay que reconectar con las facciones» alerta el experto en psicología José Antonio Galiani en declaraciones a Nius.
¿Qué puede pasar?
Aunque no se trata de un trastorno reconocido en psicología, no quiere decir que no pueda pasar. Esta nueva sensación que vamos a experimentar el sábado 26 de junio puede ocasionar cuadros de estrés, ansiedad, agorafobia, e incluso dolores de cabeza y problemas para socializarse de nuevo como antiguamente.
Estos cuadros psicológicos no están desarrollados por el momento, aunque los expertos estiman que puedan producirse en los próximos meses a causa de la relajación de algunas de las restricciones que más han marcado nuestra vida en el último año como ha sido el uso de las mascarillas.
¿Se puede tratar?
Al ser un síndrome relativamente nuevo que ha aparecido en los últimos meses debido a la relajación de las restricciones, el tratamiento no está claro. Lo que más entra en juego con las nuevas medidas de quitarnos las mascarillas es el factor autoestima.
Después de un año y medio con la cara tapada, por así decirlo, tendremos que volver a preocuparnos por cómo nos ven los demás y mostrar nuestra cara tal y como es. La mascarilla, a pesar de ser incómoda, ha desarrollado en muchos ciudadanos la sensación de seguridad al llevar la cara oculta casi en su totalidad.
Por esto, el ‘síndrome de la cara vacía’ puede afectar en los próximos meses a personas con autoestima bajo y más vulnerables. La clave está en mantener una actitud positiva ante esta nueva situación y aceptar nuestras propias emociones.
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