El Ejército de Myanmar prorrogó el estado de emergencia hasta el 31 de julio, tomó el control del país y detuvo a varios miembros del Gobierno en la víspera del aniversario del golpe de Estado que derrocó el gobierno electo de Aung San Suu Kyi.
El hasta ahora vicepresidente Myint Swe asumió la presidencia, mientras que el jefe del Ejército, Min Aung Hlaing, controlará a las autoridades, según informó la cadena estatal MRTV.
El presidente, Myint Swe, aprobó la prórroga del estado de emergencia a petición del jefe de la junta militar, Min Aung Hlaing, para dar prioridad a la estabilidad del Estado, la seguridad de la población y la consolidación de la paz.
Para conmemorar el primer aniversario de su toma de posesión, Min Aung Hlaing pronunciará un discurso público este martes.
La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) en Myanmar, notificó a última hora de este lunes cuatro nuevos muertos, entre ellos dos menores, en el estado de Kayah.
El número de fallecidos aumenta y sobrepasa los 1.500 muertos desde el golpe de Estado. AAPP alertó en un comunicado de que “el número real de muertes es probablemente mucho mayor”.
“La violencia continúa en algunos estados y regiones como Kayah, Chin y Sagaing, y estamos haciendo los máximos esfuerzos para solucionarla”, recalcó Min Aung Hlaing a la cadena estatal MRTV.
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El país se encuentra aislado, los combates se han recrudecido, especialmente en la región de Sagaing, y son muchos los que temen que la crisis humanitaria se agudice ante un deterioro de la situación en plena pandemia de coronavirus.
El secretario general de la ONU, António Guterres, rechazó “enérgicamente” las detenciones y aseguró que “estos hechos son un duro golpe para las reformas democráticas en Myanmar”, según una declaración publicada en su cuenta oficial de Twitter.
One year since Myanmar’s military overturned a democratically elected civilian Government, human rights & humanitarian crises continue to deepen.
The @UN will continue to mobilize immediate action to address the desperate needs of the people of Myanmar. https://t.co/RmIT449Ihn
— António Guterres (@antonioguterres) January 31, 2022
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró en un comunicado que “Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las elecciones o impedir la transición democrática en Myanmar, y tomará acciones contra los responsables si esas medidas no se revierten”.
“Instamos a los militares y a todas las partes a adherirse a las normas democráticas y el estado de derecho, y liberar a quienes fueron detenidos hoy”, agregó Psaki.
El Tesoro de Estados Unidos anunció el lunes la imposición de un nuevo paquete de sanciones contra siete individuos y dos entidades relacionadas con la junta militar. Sanciones que se tomaron de forma conjunta con Canadá y Reino Unido.
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Entre los individuos sancionados se encuentran tres altos cargos de la junta: Thida Oo, el fiscal general que estaría detrás de los cargos impuestos contra Aung San Suu Kyi; Tun Oo, jefe de Justicia de la junta y Tin Oo, que se encuentra al frente de la Comisión Anticorrupción.
Al mismo tiempo, una decena de embajadas en Myanmar, como la de Estados Unidos y la de la Unión Europea, alertaron en un comunicado conjunto del “devastador impacto” que ha sufrido el país tras el golpe.
El comunicado denuncia la situación actual: “Más de 14 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, la economía está en crisis, los logros democráticos se han revertido y el conflicto (armado) se está extendiendo por todo el país”.
Debido al primer aniversario de la asonada, varias embajadas, entre ellas la de la Unión Europea, Estados Unidos y España cambiaron la fotografía de sus cuentas oficiales en las redes sociales por una imagen en negro.
La población fue convocada este martes por las fuerzas opositoras a una huelga de silencio para denunciar las atrocidades cometidas por la junta militar que tomó el poder hace un año.
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El Ejército de Myanmar asumió el poder del país el 1 de febrero de 2021 tras un golpe de Estado y declaró el estado de emergencia durante un año tras la detención de los principales líderes y miembros del partido gobernante Liga Nacional para la Democracia (NLD), entre ellos el arresto de la líder electa Aung San Suu Kyi.
El país asiático parece estar destinado así a resolver sus propios problemas en un escenario en el que Suu Kyi se ha vuelto a convertir en un símbolo de la resistencia mientras figura como rehén político de la junta militar.
(Con información de Europa Press)