En un gesto casi desaparecido de la actual política que se practica cada día en el Capitolio de Estados Unidos, senadores demócratas y republicanos han logrado aprobar de manera bipartidista este jueves un proyecto de ley para garantizar que las víctimas de acoso o agresión sexual en el lugar de trabajo tengan la libertad de presentar demandas ante los tribunales. Hasta ahora, y según los legisladores, unos 60 millones de estadounidenses están sujetos, a veces sin siquiera saberlo, a una cláusula que obliga a los trabajadores a presentar denuncias de mala conducta sexual a través de arbitraje y al margen de los tribunales del poder judicial.
La norma ya había tenido el visto bueno de la Cámara de Representantes el pasado día 7 y ahora avanza hacia la mesa del presidente Joe Biden en el Despacho Oval. El mandatario ya ha declarado que apoya la medida porque “hace avanzar los esfuerzos para prevenir y abordar el acoso y la agresión sexual, reforzar los derechos, proteger a las víctimas y promover el acceso a la justicia”.
“Nunca más se les podrá decir a las víctimas de agresión o acoso sexual que legalmente tienen prohibido demandar a su empleador porque en algún lugar oculto en su contrato está enterrada una cláusula de arbitraje forzoso”, celebró la senadora demócrata por Nueva York Kirsten Gillibrand, que junto al senador republicano de Carolina del Sur Lindsey Graham redactaron el texto. “Esos días se han acabado”, remarcó Gillibrand.
La norma es una importante victoria para el movimiento que se inició bajo el eslogan del #MeToo, que sacó a la luz acuerdos de arbitraje obligatorios que favorecían al empleador y mantenían en la oscuridad a las víctimas de acoso. Para el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, la medida es “uno de los cambios más significativos en la legislación laboral en años”.
Ha sido esta una semana de buenas nuevas en la política respecto al abuso y el maltrato, tanto en el ámbito laboral como en el doméstico. El pasado miércoles, Biden pedía al Congreso que actuase sin más miramientos ni más retrasos y devolviera vigencia a una ley que él mismo impulsó cuando era senador en 1994 y que los republicanos dejaron caducar y no la renovaron en 2019, bajo mandato de Donald Trump, porque se negaron a incluir amparos para las personas transgénero.
A través de un comunicado, el presidente de EE UU celebraba poco después que un grupo de senadores demócratas y republicanos hubieran llegado a un acuerdo para que volviera a entrar en vigor la norma conocida como ley Contra la Violencia Contra las Mujeres (VAWA, Violence Against Women Act, en inglés).
“Combatir la violencia doméstica, el asalto sexual, la violencia entre personas que están en una relación y el acoso no debería ser un tema de demócratas o republicanos. Es un asunto de justicia y compasión”, dijo Biden. Los senadores de ambos partidos se comprometieron en un acto a impulsar una versión “modernizada” de esa ley. El acto contó con la presencia de la actriz Angelina Jolie, a quien en varias ocasiones se le quebró la voz al recordar el calvario que viven las víctimas de violencia de género, a las que el Congreso ha vuelto la espalda.
“Estando aquí, de pie, en el centro del poder de la nación, solo puedo pensar en todos aquellos a los que se les hizo sentir que no tenían poder”, afirmó Jolie frente a una sala del Capitolio abarrotada de prensa, según informa la agencia Efe. La actriz hizo alusión al hecho de que los republicanos dejaran sin efecto VAWA, que durante décadas sirvió para financiar programas de ayuda para las víctimas de maltrato y abuso sexual.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región
Source link