Los agujeros negros son uno de los objetos más misteriosos del Universo. Apenas se tiene conocimientos sobre ellos, aunque presentan algunas curiosidades de lo más interesantes.
Primer registro
Fue el geólogo inglés John Michell el primero en hablar de los «agujeros negros». Lo hizo en el año 1738, cuando habló de un cuerpo con una densidad de masa muy elevada, hasta el punto de absorber todo lo que había a su alrededor, incluso la luz. Sin embargo, el término «agujero negro» no fue acuñado hasta siglos más tarde, en el año 1969 de la mano del físico estadounidense John Wheeler.
Dos tipos
Algo que muchas personas no saben sobre los agujeros negros es que existen dos tipos.
Por un lado, aquel que se forma tras la explosión de una supernova. Cuando tiene lugar este fenómeno, los residuos de la supernova implosionan por efecto de la gravedad, dando como resultado el agujero negro.
Y, por otro lado, el que se encuentra en los núcleos de las galaxias y cuyo origen es desconocido.
Físicamente es imposible viajar a través de un agujero negro
Existen determinadas fórmulas matemáticas que hacen posible viajar a través de un agujero negro. Sin embargo, desde el punto de vista de la física es completamente imposible por dos razones: no se puede evitar entrar y salir, y en los agujeros negros no existe velocidad posible.
Cualquier tipo de cuerpo, como por ejemplo una estrella, se destruye antes de entrar, y todos los residuos caen en el interior.
Entrada a otra dimensión
Siempre se ha planteado que los agujeros negros son la entrada a otra dimensión, y la comunidad científica no lo descarta. A lo largo de la historia de la humanidad se han identificado tres dimensiones espaciales (altura, profundidad y anchura) que se mueven dentro del flujo tiempo. Aunque pensar que puedan existir más dimensiones es difícil, el hecho de que no se puedan ver no significa que no existan.
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