La Unión Europea va a multiplicar por dos el fondo creado para financiar el envío de material bélico a Ucrania. El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, propuso a los jefes de Estado y de Gobierno en la cena que mantuvieron este jueves por la noche aumentar los recursos destinados a reforzar la defensa ucrania frente a Rusia. No hubo ninguna discrepancia. “Incrementaremos en otros 500 millones nuestra contribución al apoyo militar a Ucrania”, ha señalado Borrell este viernes en la segunda sesión de la cumbre informal que celebran los Veintisiete en Versalles. Ese aumento de la partida eleva a 1.000 millones el dinero disponible en el fondo.
Hace casi dos semanas, los líderes europeos ya pactaron la creación de ese instrumento con el fin de que financiara el envío de material bélico a Ucrania. Fue una decisión histórica, no tanto por la cantidad, 500 millones, sino porque la UE daba así un paso al que se había resistido hasta ahora. Con un nombre que parece irónico por el objetivo del instrumento, el Peace Facility contaba en principio con dos líneas de financiación: 450 millones para armas y 50 millones para material bélico no letal. Ese dinero se consumió en poco tiempo.
Con esta decisión, la UE refuerza la resistencia de Ucrania frente a la invasión rusa. Sin embargo, la cantidad queda muy lejos de la que ha destinado Estados Unidos, cuyo Senado aprobó este jueves destinar 13.600 millones de dólares (12.300 millones de euros) al país invadido. De esta cantidad, unos 6.700 millones de dólares (algo más de 6.000 millones de euros) se dedican a responder a la gran crisis de refugiados que ha desencadenado el conflicto —ya hay 2,2 millones de desplazados—, y a ayudas económicas al país atacado, y alrededor de 6.500 millones (unos 5.900 millones de euros) para el apoyo militar proveniente del Pentágono.
Junto al refuerzo de armas, el alto representante también ha señalado que la UE va a estudiar nuevas sanciones para castigar a la economía rusa, al presidente del país, Vladímir Putin, y a su círculo próximo, especialmente los oligarcas rusos. Este colectivo de millonarios crecidos al abrigo de las privatizaciones de las antiguas empresas soviéticas, concesiones del Kremlin y su cercanía a Putin ha sido uno de los blancos más llamativos de las sanciones occidentales. Por ahora, se han confiscado grandes yates y otro tipo de activos, como los que divulgó este jueves el Gobierno del Reino Unidos, que anunció haber congelado unos 18.000 millones a siete de estos oligarcas, entre ellos el dueño del Chelsea, Roman Abramovich.
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