Jon Toth estudió en la Universidad de Kentucky, donde destacó como centre de su equipo de fútbol americano. Cuando terminó sus estudios esperaba ser elegido en el draft de aquel año por algún equipo profesional. Pero no sucedió. Cuatro años más tarde, Toth seguía preparándose sin demasiado éxito. Pasó por los campos de entrenamiento de varios equipos, pero ninguno se decidió a ficharlo, hasta que un día su novia, estilista, le dijo que probara como modelo. Jon mide 1,98 metros y pesa 140 kilos. Se echó a reír. Jon es el chico con la camiseta negra sin mangas de la página siguiente. Es uno de los modelos de Brawn, la división para maniquíes masculinos fuertes que la agencia de modelos IMG lanzó en 2016. “Es muy complicado convencer a estos chicos de que pueden ser modelos, de que pueden incluso ganarse la vida con esto”, comenta al otro lado de la línea telefónica Josh Stephens, agente de modelos en IMG y responsable de Brawn desde sus inicios. “No tienen tableta de chocolate, tienen tripa. No entienden a veces cómo pueden ser parte de esta industria de la moda cuando no encuentran ni siquiera ropa de su talla en las tiendas. Mira, los hombres hoy ya se cuidan, tienen sus cremas y entran en las tiendas de moda a comprarse la ropa. Estos chicos no es que deban perder unos kilos para ser parte de esto, es que muchas veces su constitución es esta. Son grandes. Y no por eso deberían quedarse fuera de este mundo”.
Brawn significa fortaleza muscular en inglés. La agencia trató de evitar desde el principio lo de modelo de tallas grandes y buscó un equivalente masculino al hoy casi universal curvy (con curvas) aplicado a las maniquíes más voluminosas. “Los chicos llevamos años de desventaja. Cuando empezaron a salir las modelos curvy, estaban relegadas a catálogos de aquellos que leen las abuelas. Poco a poco fueron metiéndose en la industria, en los editoriales de moda de las revistas y en los anuncios. Eso es lo que debería empezar a pasar con los chicos. El objetivo, desde el minuto uno, para nosotros y para cualquiera que trabaje con este tipo de modelos, es infiltrarse en la industria del lujo”, apunta Stephens.
Una de las maneras de lograr que algo cuaje es, sin duda, crear estrellas. Si en el mundo de las chicas curvy gente como las cantantes Lizzo o Beth Ditto o la modelo Ashley Graham fueron clave para que las modelos con curvas empezaran a dejar de ser una curiosidad o un gesto para convertirse en una realidad social y comercial, el de los modelos fuertes ha tenido ya dos amagos de celebridad: Zach Miko, el primer fichaje de Brawn, y Green, protagonista de la célebre campaña para Savage X Fenty, la línea de ropa interior de la marca de la cantante Rihanna. “Esa campaña fue muy importante. La lencería femenina lleva tres décadas de ventaja en este aspecto más voluptuoso a la ropa interior masculina. Ver cómo, de golpe, la línea creada por una cantante como Rihanna reivindicaba los cuerpos masculinos robustos fue terriblemente gratificante”, comenta Charlotte Griffiths, de la agencia Bridge Models.
El año pasado, Jon Toth fichó finalmente por el equipo de la NFL Washington Commanders. El primer artículo publicado sobre su fichaje fue en ESPN y destacaba que el equipo de la capital había fichado a un modelo. Un éxito para él y para esta revolución de los hombres que no quieren que aspires a ser ellos, sino que seas feliz siendo como ellos.
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