Los líderes occidentales reunidos en Bruselas acordaron este jueves reforzar sus fuerzas en el este de Europa, aumentar la ayuda militar a Ucrania y endurecer las sanciones a Rusia, mientras el asalto de Moscú a su vecino entraba en su segundo mes.
En una muestra de unidad en una triple cumbre sin precedentes de la OTAN, el G-7 y la Unión Europea, la alianza militar anunció la creación de nuevos grupos de combate en cuatro países del este de Europa.
Estados Unidos y Reino Unido ampliaron sus listas negras de sanciones, los países anunciaron nuevos paquetes de ayuda militar y humanitaria y promesas de acogida de refugiados, y la UE debía anunciar medidas para desligarse de la energía rusa.
Tras la reunión de los líderes en la sede de la Alianza, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg dijo:
“Acordamos reforzar nuestra disuasión y defensa a largo plazo. También hemos acordado dar más apoyo a Ucrania y seguir imponiendo costos a Rusia”.
Sin embargo, las promesas se quedaron cortas frente a los llamados del presidente Volodymyr Zelensky a un boicot total de los productos energéticos rusos y a una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, donde miles de personas han muerto, millones se han convertido en refugiados y las ciudades han quedado pulverizadas desde que el líder ruso Vladimir Putin lanzó su invasión el 24 de febrero.
Unicef dijo el jueves que más de la mitad de los niños de Ucrania ha sido expulsada de sus hogares.
En el asediado puerto sureño de Mariúpol, cientos de miles de personas se han escondido en sótanos sin agua corriente, alimentos, medicinas ni electricidad.
En una parte de la ciudad capturada por las tropas rusas, un pedazo de hierba entre los restos carbonizados de los edificios de departamentos destruidos se convirtió en un cementerio improvisado, con montículos recién cavados marcados con flores de plástico y cruces hechas con marcos de ventanas rotos.
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El ruido de las explosiones se oía en la distancia cuando un equipo de Reuters llegó allí el miércoles.
Viktoria estaba enterrando a su padrastro Leonid, de 73 años, que murió cuando el auto que lo transportaba a un hospital fue destruido hace 12 días. Él había ocupado su asiento, dijo a Reuters, señalando los restos del vehículo destrozados.
“Podría haber sido yo”, dijo entre sollozos.
Las autoridades ucranianas acusaron el jueves a Rusia de haber deportado por la fuerza a 15.000 personas de la ciudad a Rusia. Moscú lo niega.
Costos ruinosos
En un mes de combates, Ucrania ha resistido ante lo que muchos analistas militares occidentales habían previsto que sería una rápida victoria rusa.
Hasta ahora, Rusia no ha logrado capturar una sola ciudad importante. Sus columnas blindadas apenas se han movido en semanas y están estancadas a las puertas de la capital, Kiev, mientras asedian ciudades del este. Han sufrido muchas bajas y se están quedando sin suministros.
Las autoridades ucranianas afirman que están pasando a la ofensiva en gran parte del país y han hecho retroceder a las fuerzas rusas, incluso al norte de Kiev.
“En algunos sectores el enemigo ha retrocedido más de 70 kilómetros, en otros el enemigo está a 35 kilómetros”, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa, Oleksander Motuzyanyk, en una reunión informativa.
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Ucrania dijo que sus fuerzas habían destruido el buque de desembarco ruso “Orsk” en el puerto de Berdiansk, ocupado por Rusia, en el mar de Azov.
Las imágenes de video, que Reuters confirmó que fueron filmadas desde el interior de Berdiansk, mostraron una columna de humo que se elevaba desde un incendio en un muelle y el destello de una explosión. Los funcionarios rusos no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Reuters
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