Manuel Perló Cohen, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, alerta que si la extracción de los mantos acuíferos continúa a esta velocidad, la Ciudad de México únicamente tendrá agua para los próximos 40 años.
El especialista resalta que 38.7% de los recursos hídricos utilizados en México proviene de los acuíferos. A pesar de su importancia en el suministro, Manuel Perló Cohen indica que se requiere más investigación que permita saber cuál es la cantidad de agua con la que cuenta el país.
Según sus cálculos, México tiene 653 acuíferos, 105 están sobreexplotados, es decir, la extracción excede a la recarga, en varios de ellos en más del 100%. Por ejemplo, en el Valle de México, Texcoco presenta esta situación en un 800%.
Por otro lado, para abastecer a la capital del país, se sobreexplotan no solo los mantos acuíferos de la Ciudad, sino también los del Estado de México e Hidalgo.
México comparte acuíferos con Estados Unidos, Guatemala y Belice. Esto representa un reto porque no existe una legislación internacional o tratados para regular su uso; cada país tiene su propia política y eso podría convertirse en un conflicto a futuro, advierte el especialista.
Los acuíferos se encuentran a diferente profundidad. Su principal recarga, explica el científico social, es la lluvia y la nieve que se infiltran al subsuelo cuando la superficie terrestre la absorbe. Las aguas subterráneas se extraen por medio de bombas y pozos, aunque también hay afloramientos en manantiales.
La sobreexplotación del agua subterránea genera problemas serios porque las reservas se agotan, lo que ocasiona que se incremente el costo del bombeo del recurso en profundidades mayores, dice Perló.
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Las consecuencias de la mala administración de este recurso son evidentes. En México, de 12.5 millones a 15 millones de habitantes, no tienen disponibilidad de agua. Asimismo, la sobreexplotación produce hundimientos del subsuelo, como el del Zócalo de la Ciudad de México, que se encuentra ocho metros por debajo del nivel que tenía hace un siglo, indica Perló.
La contaminación es otro factor que incrementa la crisis hídrica. En las zonas agrícolas, el uso de pesticidas se infiltra en el acuífero, y en las ciudades, por la intrusión de agua de drenaje.
Por último, Manuel Perló Cohen comenta que “en los hogares tenemos un gran potencial de ahorro, pero también debe haber un cambio significativo en la actividad agrícola”, por lo que llama a rescatar los acuíferos y protegerlos.
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