Un equipo creativo de CBS debe haber consumido mucho ácido mientras se emborrachaba con la televisión de los 90 en sus teléfonos inteligentes; esa es la única razón concebible por la que existe esta serie de televisión Candy Crush, presentada por Mario Lopez y con concursantes extraídos de temporadas pasadas de Survivor y Big Brother. Eso o CBS que busca aprender algunos trucos de The Challenge de MTV, al tiempo que obtiene algún patrocinio de marca que se arrojó en su dirección sin pensar mucho en dónde podría terminar.
Candy Crush es obviamente un juego con el que la mayoría de la gente está al menos un poco familiarizada: es un título de rompecabezas que tiene millones de usuarios móviles y podría haber hecho más por los juegos móviles que cualquier otro juego existente. Pero su éxito en la corriente principal no es excusa para esta parodia televisiva, que unifica a un grupo de fracasados con la esperanza equivocada de hacer algo nuevo y único.
No hace eso.
Esto es fácilmente lo peor que he pasado 40 minutos (menos comerciales) viendo en la televisión. Me quedé con él durante todo el proceso para ver si alguna vez tendría un momento de originalidad, chispa o personalidad; no fue así. En cambio, presentó algunas citas que no creerás que fueron pronunciadas en la televisión, dichas por un Mario López que suena como si fuera un piloto automático pero absolutamente muerto por dentro.
“¿Y si los hiciéramos jugar Candy Crush… pero también con un palo?” “Envíalo.”
Aquí hay algunos aspectos destacados (sí, estos realmente son aspectos destacados, todo lo demás ni siquiera alcanza el nivel de interés involuntario):
“las pantallas táctiles más grandes del mundo”
“tiempo de gelatina”
“los compañeros de equipo tendrán que estar conectados entre sí a través de un largo bastón de caramelo”
“¡Vamos a ponernos esos bastones de caramelo!”
“Todo el mundo está luchando por romper el último mechón de regaliz”
“Ella también es una bestia de desafío”
“tienen que empezar a deslizar caballeros”
“usa el troll de chicle”
En última instancia, todo esto es tan interesante como ver a otra persona jugar Candy Crush en su teléfono en el metro mientras viajas por la mañana. Probablemente menos, porque todos los involucrados parecen claramente poco entusiasmados por estar allí, incluida la audiencia sombría del estudio que parece tener que aplaudir cruelmente constantemente durante los tramos de juego aburridos y prolongados.
Para empeorar las cosas, las pantallas táctiles a menudo parecen ni siquiera registrar el contacto, ya sea con las herramientas gigantes y vagamente obscenas que se usan en algunos juegos, o con las manos de los jugadores. Hace que todo se sienta aún más desesperado, pero a veces provocas una reacción en cadena y una voz gutural incorpórea grita “¡SABROSO!” así que supongo que está bien.
Afortunadamente, no hay ninguna posibilidad de que este programa sobreviva más de unos pocos episodios más.
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