España, de la miel a la hiel

España, de la miel a la hiel

La selección española femenina de baloncesto ha vivido en el olimpo del éxito durante los últimos siete años, encadenando podios y medallas en un tiempo de vino y rosas que se ha trastocado en hiel en un campeonato en casa, en Valencia.

El equipo español ha viajado este tiempo en la limusina de los triunfadores y, de repente, se ha quedado apeada del glamour y los oropeles por “pequeños detalles”, como afirmó el presidente de la Federación Española, Jorge Garbajosa.

Las circunstancias fueron adversas desde el primer momento, con una preparación escasa y con dos positivos por covid-19 de Tamara Abalde y Alba Torrens a cinco días del inicio del Eurobasket que descentraron al equipo, que estuvo prácticamente confinado a PCR diarias y sin un entrenamiento normal hasta el inicio.

La canasta en el último momento de la nacionalizada bielorrusa Alexandria Bentley en el primer partido acabó de trastocar todos los planes y los cruces previstos. El tiro libre fallado en cuartos de final ante Serbia, propició una prórroga adversa y en el partido ante Rusia se fue por delante en el marcador durante más de 25 minutos.

Todo eso es cierto y también que faltaban otras jugadoras que han sido muy importantes en el equipo como Anna Cruz, Marta Xargay y Laura Nichols, lo que ha provocado una renovación en el equipo que, quizás, estaba prevista para más tarde.

Pero los partidos duran cuarenta minutos y hay cientos de errores y aciertos propios y ajenos, también de los árbitros, que no deben desviar la mirada solo a esos hechos puntuales del final.

La suerte, aliada en estos tiempos de miel, también faltó a su cita con el equipo español.

Serbia aprovechó su calidad para homenajear a Sonja Vasic, que ha anunciado su retirada del baloncesto tras los Juegos Olímpicos de Tokio, y ganar la medalla de oro ante una selección francesa que continua con su particular maldición al ser subcampeona por ¡quinta vez consecutiva!. Bélgica se llevó el premio de la medalla de bronce.

El Eurobasket ya es historia, pero lo mejor es que esta amargura se puede revertir casi de inmediato, en los Juegos Olímpicos de Tokio donde España puede encontrar de nuevo el dulzor del éxito. La distancia que separa a la miel de la hiel es apenas “un pelín”, como señaló Garbajosa.




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