La llegada del técnico catalán a la UD Las Palmas no vino acompañada de resultados inmediatos que invitaran al optimismo. Empató ante la Real Sociedad B en su estreno en el Estadio de Gran Canaria y venció al Cartagena a domicilio, pero a partir de ahí no conoció la victoria en los siguientes cinco partidos. La derrota ante el Girona en la jornada 31 supuso un antes y un después en una plantilla que veía como el objetivo del playoff se alejaba casi definitivamente.
A partir de ahí, las reuniones entre los jugadores para decirse a la cara los errores eran una constante y, sobre todo, la autocrítica interna por parte del staff de García Pimienta. Había que cambiar algo si se quería enderezar un rumbo que parecía condenado al fracaso. Con el Real Valladolid como objetivo, llegando a ese partido como mejor local de LaLiga Smartbank, hubo una premisa clara desde el banquillo: hay que aumentar el ritmo de juego si queremos ganar. Y vaya que sí lo hizo.
Cuatro victorias seguidas –Valladolid, Leganés, Ponferradina y Amorebieta– con un denominador común: canalización rápida del juego hacia la portería rival. La UD Las Palmas pasa de hacer 15 pases por minuto en fase ofensiva en el empate ante el Huesca a 18,5 en la victoria ante el Leganés. No fue casualidad, puesto que en El Toralín y en la última victoria en casa, la Unión Deportiva no baja de los 17 pases por minuto. Solo lo hizo en la última jornada ante el Eibar, pasando de una posesión más vertical a intentar madurar más la jugada para no verse vulnerables en defensa ante el líder de la categoría.
Un mensaje que rápido caló en el vestuario y que los jugadores van a muerte con él. Se sienten cómodos y disfrutan sobre el terreno de juego: “El equipo está muy bien. Llegamos al tramo final de temporada en un buen momento de forma, confianza y, sobre todo, con mucha ambición de terminar bien el año; de poder aspirar al objetivo”, señalaba Coco en sala de prensa.
Siguiente paso: mejorar la defensa
Después de encontrar el camino en el ataque, el catalán trabaja para hallar la comodidad en la defensa. La presión tras pérdida es una constante en las sesiones de entrenamiento, pero los amarillos siguen encajando goles con errores individuales: “Trabajamos para mejorar aquellos aspectos donde hemos cometido errores. Si queremos estar arriba hemos de mejorar en el aspecto defensivo, trabajamos minimizar esos fallos y ser contundentes atrás”, sentenciaba el central durante la rueda de prensa telemática.