El mallorquín juega con ventaja en la sesión en la que posa con joyas de Bvlgari para ICON. Hace unos meses regresó de la mano de Emporio Armani al ruedo de fotos tras un parón vital y necesario, pero el resultado deja a la vista que no ha perdido ni un ápice de su magnetismo frente a la cámara. “Ahora quiero ir a por todas y centrarme por completo en la profesión”, confiesa. El año arrancó para Javier Darder (1998) al ritmo acelerado que suele acompañar a la Semana de la Moda de Milán, donde desfiló y rodó múltiples campañas de moda. Ahora con las maletas rumbo a Florencia para rodar nuevos proyectos, Nueva York y el cine son objetivos con los que fantasea en un futuro lejano, pero no incierto, mientras termina de asentarse en la capital y disfruta de una carrera que no ha hecho más que despegar.
Tras un parón de cinco años has vuelto a retomar tu carrera como modelo. ¿A la segunda va la vencida? Empecé muy joven, con 17 años, de la mano de Pepe Jeans y un desfile para la marca Iceberg, pero al año me quemé y pensé que no era lo mío. Decidí estudiar para ser técnico de ambulancia y tampoco cuajó. Hace cinco meses me planté y dije que retomaba la carrera de modelo, pero ahora sin tonterías, totalmente centrado en mis objetivos.
Una vuelta por la puerta grande, con Emporio Armani. Con Armani fue todo muy rápido; su director creativo me seguía por Instagram y se puso en contacto con mi agencia para rodar en Milán y así hice. Luego llegó la campaña de Salsa Jeans, un par de marcas italianas y desfiles… Llevo poco tiempo, pero no he parado, la verdad.
¿Dónde te ves de aquí a unos años? Me gustaría estar en Nueva York. Lo veo como el último paso de todos, su industria es a lo grande.
Profesionalmente, ¿qué otros campos te gustaría tocar? De momento solo me veo en moda, sobre todo querría asentarme en la pasarela, aunque tampoco descarto el cine en un futuro lejano.
¿Con quién te gustaría protagonizar una campaña? Con Issa Lish, una modelo mexicana de ascendencia japonesa que tiene un estilazo impresionante. Y por pedir que fuera para Prada, es una espinita que tengo clavada…
¿Tienes algún icono a seguir? Parker Van Noord. Lleva una década trabajando como modelo y está en otro nivel.
Sabemos que en tu profesión no es oro todo lo que reluce. ¿Qué es lo más duro de ser modelo? Lo solitario que resulta a veces, pasar mucho tiempo solo en hoteles y aeropuertos, además visitas muchos sitios pero no tienes tiempo para conocer nada.
¿Alguna vez te has sentido cosificado o acosado en una sesión de fotos? Aún no me ha tocado vivir un episodio así y espero que no pase. Tengo muy claros mis objetivos y hasta dónde quiero ir.
¿Te gusta verte en foto, eres vanidoso? Me podría gustar más. Aprecio el trabajo bien hecho y una foto bonita, pero no estoy obsesionado con mi físico ni con la imagen que doy.
Como en otras profesiones mediáticas tener followers en Instagram es una baza a favor. ¿Es tu caso, te exige la agencia tener tu perfil al día? Es verdad que pasa, pero a mí nunca me han dado la lata con eso, yo subo lo que quiero y cuando quiero. Eso sí, te confieso que lo uso bastante, todas las mañanas echo un ratito.
Tienes un hermano gemelo, Carlos Darder, el fotógrafo mallorquín. ¿Cómo fue vuestra infancia? Mi madre nos crió en un ambiente muy creativo. Incitó a que pintáramos y nos regalaba cámaras de fotos…
¿Lo de tener ambos muchísimos tatuajes viene de familia? Empezamos a tatuarnos uno al otro con 14 años, yo lo hago sin máquina, a partir de puntos. Cuando llegué al número 100 perdí la cuenta…. Tengo de todo tatuado, no hay un significado detrás, más bien son historietas a las que tengo cariño.
¿Compartes esa espiritualidad que caracteriza a tu hermano? Quizás no al nivel de Carlos, pero sí, pienso mucho en el universo y en las energías.
¿Dónde vives actualmente? Con amigos, mascotas… Vivo desde hace unos meses en el barrio de Ópera, en Madrid, junto a unos compañeros que encontré por Instagram y salió todo genial, es como si nos conociéramos de toda la vida. La casa es maravillosa, tiene techos y mucha luz, no me quiero mover de ahí. Lo que echo de menos son mis chihuahuas, que se quedaron en Palma.
¿Te cuidas mucho o lo tuyo es pura genética? Cada mañana me levanto a las ocho y hago una hora de gimnasio, uso tónico y crema a diario y bebo mucha agua, pero luego lo estropeo porque fumo…. Me gusta mucho salir, pero odio el día de después, así que prefiero aprovechar el fin de semana para coger el coche y escaparme al campo.
¿Consumes moda o en casa del herrero, cuchara de palo? Mi estilo es muy dejado, me encantan los pantalones anchos, camisas y quizás algún crop top. Soy mucho de tiendas de segunda mano, prefiero comprar prendas vintage.
¿Qué cosas te gustan más allá de la moda? Sobre todo la fotografía, los tatuajes y la música en general. Ahora estoy descubriendo el mundo de la interpretación y quiero formarme bien, hice un casting y me gustó la experiencia.
¿Se liga más siendo modelo? Sí, la verdad es que sí. A la gente le hace gracia que lo seas. Yo ahora estoy centrado en mi carrera sin pareja y estoy de lujo, tengo mis amigos y para qué más.
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