Los Mavericks empatan la eliminatoria a base de triples y picardía

Los Dallas Mavericks acribillaron a los Phoenix Suns a base de triples y empataron la eliminatoria de semifinales del Oeste (2-2) con un claro y convincente triunfo por 111-101. Jason Kidd había pedido más ayuda para Luka Doncic a sus pupilos y el equipo respondió con un festival de acierto en los tiros liberados generados por el jugador esloveno, que terminó desatado y divirtiéndose junto al público del American Airlines Arena.

La estrella de los Mavs empezó frustrado por las faltas del rival, pero pronto vio que sus compañeros comparecían a la cita y eso le relajó lo suficiente para olvidarse de la refriega con los colegiados y centrarse en lo importante, el juego. El mago de Liubliana se las hizo de todos los colores a sus oponentes y completó otro encuentro redondo con 26 puntos, 7 rebotes y 11 asistencias, a pesar de que él fue el único que estuvo mal desde la línea de tres (1-10) para los locales.

La apabullante superioridad de los texanos tuvo mucho que ver con el enorme partido de Dorian Finney-Smith, pletórico desde el perímetro con 24 puntos y un 8 de 12 en triples. No fue el único que estuvo a la altura ya que Jalen Brunson (18) y Reggie Bullock (7) también metieron los dos triples más importantes de la noche en los minutos finales, cuando Phoenix se abalanzó sobre Doncic en el dos contra uno y el esloveno encontró liberados a sus compañeros. En total, Dallas acertó 20 de 44 intentos de tres y los escuderos arroparon a su líder en medio de la desesperación y el enfado del banquillo de los Suns.

Chris Paul quiso hacer de las suyas y en los primeros minutos pareció que el encargo de Monty Williams era machacar a Doncic con un tono físico y la habitual pillería del maestro de ceremonias, que terminó tragándose su propia medicina al acumular faltas tontas y acabar eliminado a nueve minutos de la conclusión. Al base, que no se quejó en ninguna ocasión sobre alguna que otra jugada dudosa, se marchó sin haber impactado apenas en el partido.

Su mayor interacción fue con Doncic, cuando el esloveno le dijo que había aprendido de él sus mejores acciones de teatro, y es que hubo más de una del ’77’ en el encuentro de la igualada. En medio del caos arbitral y el dominio avasallador de los Mavs desde el perímetro, Devin Booker lideró una solitaria resistencia en el bando visitante. Sus 35 puntos y 7 asistencias no lograron motivar a los secundarios de Phoenix, un equipo sin norte ante la pérdida de CP3, que al descanso acumulaba ya cuatro personales con el partido muy cuesta arriba (68-56, +12 para Dallas).

Williams pareció señalar también la poca intensidad de Deandre Ayton, que sumó un -15 sobre la pista y vio como McGee y Biyombo le rascaban minutos y terminaban con un +8 combinado. Jae Crowder, que dio el susto al torcerse el tobillo en el primer cuarto, puso algo de carácter y terminó como segundo anotador de los Suns con 15 puntos y 6 rebotes.

En una noche que ni soñada, Kidd vio como hasta Darius Bertans se sumaba a la fiesta con cuatro triples consecutivos y 12 puntos en tan solo cinco minutos. Coincidió la racha del letón con el mejor momento de Dallas, que llegó a vencer por 17 tantos y supo hacer la goma ante los apretones de Booker, demasiado solo para unos Suns poco acostumbrados a no actuar como un bloque demoledor y compacto.

Doncic quiso valorar la unión del equipo ante una situación crítica. De haber perdido, y Phoenix se acercó en más de una ocasión, estarían con un pie y medio fuera de los playoffs. “Son los Suns, sabíamos que iban a intentar la remontada. La clave ha sido mantenernos unidos y jugar duro”, comentó el esloveno. “Todos podemos jugar, y si lo hacemos con actitud y buena defensa somos un equipo peligroso”.