El Virtus de Sergio Scariolo cumplió con los pronósticos y se proclamó este miércoles campeón de la Eurocopa tras derrotar en la final disputada en Bolonia al Frutti Extra Bursaspor turco por 80-67, lo que asegura al club italiano un billete para la próxima edición de la Euroliga.
Apoyados por unas gradas repletas, los locales -que ya cuentan en sus vitrinas con seis títulos europeos, dos de ellos de Euroliga– cimentaron su triunfo en su gran inicio, en el que, de la mano de su líder Milos Teodosic, autor de 21 puntos, lograron terminar el primer cuarto con una ventaja de trece que luego supieron manejar hasta el final.
A los turcos les costó arrancar. Lastrados por sus bajos porcentajes desde el perímetro, una de sus principales armas, y con la batalla perdida en el rebote, tardaron muchos minutos en meterse en el partido. Lo lograron antes del paso por vestuarios, aunque tras dominar el segundo acto solo pudieron recortar tres puntos al descanso, al que se llegó con los anfitriones diez arriba (41-31, min 20).
El equilibrio se mantuvo en la reanudación, lo que beneficiaba a los italianos, que no veían peligrar su renta. El Bursaspor siguió remando y plantando cara al gran favorito, pero sus tiradores no tenían su día desde el triple. También dominaron por la mínima el marcador en el tercer cuarto (21-22) y llegaron con vida a los diez minutos definitivos.
Aunque los italianos ya estaban lanzados y no querían dejar pasar la oportunidad de sumar un nuevo título ante su afición y sellar de paso su clasificación para la Euroliga. De la mano de Teodosic, bien secundado por Kyle Weems, Mam Jaiteh y Marco Belinelli, los pupilos de Sergio Scariolo fueron capaces de frenar las acometidas turcas y sellar sin sobresaltos un partido que dominaron de principio a fin.