A sólo dos semanas de las elecciones presidenciales en Colombia, el candidato de izquierda, Gustavo Petro, mantiene el liderazgo en las encuestas, casi duplicando a su rival más próximo, Federico Gutiérrez, de centroderecha.
Petro -exguerrillero del Movimiento 19 de Abril (M-19) y alcalde de Bogotá entre 2012 y 2015-, alcanzaría un 40% de la intención de voto en un sondeo realizado por la consultora Yanhass, ubicándose muy por arriba del 21% que obtendría Gutiérrez (exalcalde de Medellín), segundo en las encuestas.
Se trata de una de las elecciones más polarizadas de Colombia, que se en los últimos años se mantuvo al margen de la ola de liderazgos progresistas que llegaron al poder en la región. “El miedo a la izquierda, que hasta 2018 había sido quizás la fuerza dominante en la política colombiana durante los últimos 20 años, ahora está en su punto más bajo”, le dijo a Bloomberg, Andrés Mejía, profesor de la Universidad de Los Andes en Bogotá.
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Pero esta vez, las promesas de Petro -que va por su tercera candidatura a la presidencia, la primera fue en 2010 y la segunda en 2018, cuando perdió en segunda vuelta con el actual presidente Iván Duque- de desbancar a la clase política tradicional colombiana, pueden tener una mayor recepción en el electorado.
El gobierno de derecha de Duque se vio desgastado por las protestas sociales del 21N y las del año pasado, que fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas de seguridad y terminaron con muertos y heridos.
Más de 39 millones de colombianos están habilitados para votar en los próximos comicios del 29 de mayo. Si ninguno de los candidatos consigue más de la mitad de los votos válidos, la segunda vuelta se realizará en junio, cuando Petro podría imponerse con el 47% de los votos, según la encuesta de Yanhaas (que tiene un margen de error de 3,2%).
El mercado está observando de cerca al candidato progresista que, entre otras cosas, propone terminar con las exportaciones de carbón y de petróleo. Días atrás, Petro también criticó las subas de tasas del banco central, porque “desestimulan la inversión”. Dijo que la dirección del Banco de la República debería reflejar una “pluralidad de visiones y no una sola ideología”, aunque prometió respetar la independencia del banco.
No obstante, el próximo presidente de Colombia podrá nombrar hasta tres nuevos directores del banco central (incluyendo al ministro de Hacienda, que puede integrar la mesa) y, en ese caso, Petro ya anticipó que nombrará como banqueros centrales a “personas ligadas a la producción”.
Petro ha protagonizado una campaña complicada. A comienzos de mayo, denunció un plan de una banda de narcotraficantes, La Cordillera, para atentar contra su vida y debió suspender una gira por la región cafetera.
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Aunque, está rodeado de uno de los esquemas de seguridad más cerrados del país -que incluye policías, guardaespaldas y hasta expertos antiexplosivos-, días atrás Petro reconoció que está bajo un nivel de riesgo “altísimo”. “Muchos de los candidatos presidenciales alternativos han sido asesinados, y yo soy el que más se ha acercado a ganar, de acuerdo a las encuestas”, agregó. Cuatro candidatos presidenciales han sido asesinados en Colombia desde 1980, incluido Luis Carlos Galán.
El tramo final de la campaña también tiene tensión extra: la Procuraduría General ordenó la apertura de investigación y la suspensión provisional de sus cargos de los alcaldes de Medellín, Daniel Quintero, y de Ibagué, Andrés Fabián Hurtado, por la presunta y reiterada participación en política.
Las leyes colombianas prohíben a los funcionarios públicos del país participar en política para garantizar el equilibrio de las elecciones.
Quintero, que apoya a Petro, publicó en sus redes sociales un video en un vehículo diciendo “el cambio, en primera”, lo que se interpretó como una alusión al posible triunfo del candidato en primera vuelta. El alcalde de Medellín y Petro calificaron la sanción de la Procuraduría como “un golpe de Estado”.
Por su parte, el alcalde de Ibagué en una declaración expresó su apoyo a Gutiérrez.
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