Grant Williams, el empollón triplista que salvó a los Celtics

Grant Williams, el empollón triplista que salvó a los Celtics

Con cierto aspecto desgarbado y un físico casi más propio de un boxeador, Grant Williams parecía tener encomendado el papel menos deseado en la serie entre Bucks y Celtics: el de incansable defensor de la estrella rival, Giannis Antetokounmpo. Con cierta irregularidad, Williams no lo venía haciendo nada mal en este cometido en lo jugado hasta ahora pero el partido decisivo le tenía reservado un lugar más especial.

Williams nunca había lanzado más de ocho triples en un partido NBA antes del pasado domingo. Nunca había anotado más de seis. Nunca había liderado a los Boston Celtics en anotación. Todas esas cosas cambiaron en el séptimo partido en el que finalizó con 27 puntos tras una serie de 7 de 18 tiros de tres.

“Grant nos ganó el partido, el partido 7”, exclamaba Jason Tatum, estrella de los Celtics tras la victoria por 106-81.

No acostumbrados a verle tirar con constancia, los Bucks concedieron algunos de sus primeros intentos desde las esquinas.

“Esta noche le estaban faltando al respeto más que al principio de la serie”, dijo el entrenador Ime Udoka sobre esa situación. “Básicamente le dije que lanzara. ¿Qué más puedes hacer? Lanzar el tiro que te están dando”. Y Grant no defraudó aprovechando la gran ocasión que se le presentaba. 

Williams no entró en la NBA como un tirador de tres puntos. De hecho, sólo hizo 15 tiros de 3 durante su última temporada en Tennessee y sólo 30 en su carrera en el basket universitario.

Williams defendiendo a Giannis Antetokounmpo. El papel del 12 de los Celtics ha sido clave en la serie

Steven Senne

Como novato, lanzó un 25% de tiros de 3, pero la temporada pasada mejoró ese porcentaje hasta el 37,2%. Este año, aumentó tanto su volumen como su porcentaje, ya que encestó un 41,1% mientras lanzaba 3,4 por partido.

Contra los Bucks, había tenido problemas desde su actuación en el segundo partido, con una serie de sólo 2 de 14 en sus últimos cuatro partidos.  Por eso Milwaukee decidió dejarlo abierto en el séptimo partido, una estrategia que fue contraproducente.

Williams se lo pasó en grande asumiendo el papel de protagonista por una vez en el escenario de los sueños, ese Boston Garden tan mágico en los séptimos partidos. Era ver cumplido un deseo de años para un joven que, pese a su aplicación en los estudios y su alto nivel intelectual, tenía claro que lo que le hacía feliz era el basket.

Grant es hijo de una ingeniera eléctrica de la NASA que esperaba que su hijo aceptara una de las ofertas que le presentaron universidades de la Ivy League (Princeton, Yale o Harvard) para continuar sus estudios.

Pero después de asistir a una escuela privada cercana conocida por su programa de baloncesto, el futuro Celtic se enganchó al juego, hasta el punto de que sus sueños de la NBA empezaron a eclipsar los intereses académicos de un empollón confeso.

“Mi madre siempre decía que creía en mí. Pero a ella no le importaba el baloncesto. Lo único que le importaba era lo académico”, dijo Williams.

Aunque acabó obteniendo allí un grado en económicas, Williams escogió Tennessee porque era su mejor opción para llegar a la NBA y resulta que acertó por el proyecto deportivo que le plantearon, ayudando a moldear al jugador que se convirtió en la selección número 22 de Boston en el Draft de la NBA de 2019.

“Mi madre estaba cabreada. No me habló durante dos meses”, explicó una vez sobre aquellos años.

Con la perspectiva de ahora, la elección del basket le ha llevado a unos ingresos que quizá no hubiera logrado por otra vía. Actualmente tiene un contrato garantizado con los Celtics por valor de 2,6 millones de dólares y se estima que ganará 4,3 millones la próxima temporada.

El hecho de ser un baloncestista profesional, de todos modos, no ha cambiado la forma en que Williams sigue abrazando su lado intelectual, ya sea en su interés por el juego de mesa Catan, o incluso en su análisis del baloncesto. También hay en sus genes cierta afición artística que, al igual que el físico, ha heredado de su padre, Gilbert, un antiguo músico de jazz y jugador universitario que también había trabajado como guardaespaldas de artistas famosos, entre ellos el propio Prince.

Hace unas semanas apareció en una rueda de prensa tras un partido con una lista en su teléfono móvil en la que asociaba a cada compañero con un superhéroe de Marvel. Marcus Smart era el Increíble Hukl, Al Horford era Capitán América… y así todos. Para él se reservó el papel de Batman desde que el pasado 20 de marzo le colocó un tapón a Nikola Jokic, también conocido como ‘The Joker’.






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