Los Dallas Mavericks de Luka Doncic se preparan para el primer asalto de las Finales de la Conferencia Oeste contra los Golden State Warriors (03:00 horas de la madrugada del jueves 19 en España) y se sienten dichosos de poder continuar jugando a baloncesto a estas alturas de la temporada. El astro esloveno, un tormento para sus oponentes durante estos playoffs, reconoció que no esperaba llegar tan lejos y por eso mismo se sentía tan peligroso ante lo que está por venir.
“Honestamente, no esperaba estar aquí. Estoy en el mejor momento de mi vida, esto es un sueño”, comentó Doncic en el corrillo de periodistas desplazados al Chase Center para la ocasión. El esloveno y los Mavs, que se han colado en esta ronda y han superado incluso sus propias expectativas, vuelven a ser cautelosos ante el talento del rival que tienen enfrente.
“Ellos han sido el mejor equipo de la liga en la última década, y tienen a Steph, Klay y Draymond, que lo han experimentado todo, tanto los momentos buenos como los malos”, valoró Doncic. “Habrá que ir despacio, partido a partido y tomárnoslo muy en serio”. Según el esloveno, la clave será controlar el impacto de Green más allá de intentar trabar la inspiración de Curry y Thompson, algo que se les ha dado bastante bien este curso, y es que los Mavs lograron un 3-1 de balance en temporada regular conta la franquicia de la bahía.
“La clave de los Warriors es Draymond, es increíble y le respeto mucho. Todo lo que hace tiene un impacto en el partido”, se sinceró Doncic, que además se declaró aficionado de sus dotes por el trash-talking, algo que a él le motiva a dar lo mejor de sí mismo sobre la pista. Sobre el escenario de los dos primeros encuentros, el Chase Center de San Francisco, Doncic se mostró juguetón y con ganas de divertirse, todo un peligro visto su historial del último mes de competición:
“Es uno de los pabellones más ruidosos, pero eso me gusta. A veces me va mejor incluso. Escuchar los pitidos y luego el silencio cuando metes una canastas. He jugado en Grecia, Serbia, Turquía, y eso es otro nivel, allí no escuchas ni al que tienes al lado”, compartió el ’77’ de Dallas, la voz cantante de unos Mavericks que sueñan con el anillo.
“Tenemos que ser avariciosos”
La transformación de estos Mavs sobre la pista lleva el sello de dos caras nuevas en el banquillo y los despachos. Nico Harrison, exdirectivo de Nike y actual GM de la franquicia, también se mostró ambicioso con la proyección del equipo esta temporada. “Quiero seguir jugando, ahora tenemos que ser avariciosos. No debemos sentirnos complacidos y pensar en nuestros logros”, valoró el ejecutivo, clave en el desarrollo de la plantilla y principal ejecutor del traspaso de Kristaps Porzingis que trajo de vuelta a Spencer Dinwiddie y Darius Bertans en febrero.
Los dos jugadores han tenido momentos muy importantes para ayudar a los Mavericks a romper su techo de cristal en los últimos 11 años, y es que no alcanzaban esta ronda desde su temporada de campeonato en 2011. Jugaba en aquel equipo Jason Kidd, una leyenda sobre la pista que al contrario que Rick Carlisle promueve dejar gestionar y jugar a sus jugadores incluso en los momentos más comprometidos.
“Él quiere pasárselo bien, y cuando está en el escenario principal se lo pasa en grande”, comentó el entrenador. “Es importante reconocer eso y hablar de ello, siempre hablamos de pasarlo bien sobre la pista”. La fórmula entretenida de los Mavericks ha dado sus frutos y amenaza a los todopoderosos Warriors.