Un Curry brillante, un quinteto demoledor y una defensa asfixiante. Con eso le bastó y sobró a los Golden State Warriors para golpear primero y ganar con mucha solvencia, por 112 a 87, ante unos Dallas Mavericks que no terminaron de entrar al encuentro en ningún momento.
Luka Doncic empezó enchufado pero pronto se fue diluyendo, como el resto de su equipo, para acabar cuajando una de las peores segundas mitades que ha disputado en toda la temporada.
El esloveno terminó con 20 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias en 35 minutos disputados pero sus números tras el descanso son más que llamativos. Tan solo 2 tantos, perdiendo 6 balones, para una estrella que ayer no logró brillar. Sus -30 de diferencial en cancha terminan de resumir la noche de Dallas.
No fue el único, con Brunson y Dinwiddie también fuera de su zona de confort y obligados a sacar petróleo de donde no lo había. En Dallas no funcionó nada y fue por la defensa sin fisuras que plantearon unos Warriors que supieron desde el primer instante a qué habían venido.
Tanto es así, que para haber logrado una victoria por 25 puntos de diferencia no hubo ningún claro protagonista. Steph Curry fue el máximo anotador pero apenas necesitó 31 minutos y no pasó de los 21 puntos anotados.
El base acompañó sus tantos de 12 rebotes y 4 asistencias, ambos máximos de su equipo, y lideró el esfuerzo inicial de unos Warriors que una vez que cogieron ventaja no la volvieron a soltar.
Todo el quinteto de Golden State logró anotar en dobles dígitos y Jordan Poole, nuevamente saliendo desde el banquillo, fue de los más eficientes al lograr 19 tantos en una serie de 8/12 tiros a canasta.
El dominio del rebote y el pase fueron clave para lograr el primer triunfo en unas Finales del Oeste que empiezan muy de cara para los de San Francisco. 51 a 35 fue la estadística de capturas en los tableros, mientras que 24 a 14 fue el total de asistencias.
Dos cifras que demuestran la clara ventaja de unos Warriors que se saben mejores y no van a dejar que nada los distraiga de su objetivo de volver a saborear la gloria en la NBA.