Charles Leclerc (Ferrari), líder del Mundial de Fórmula Uno, intentará contener el presumible ataque del neerlandés Max Verstappen (Red Bull) -último campeón del mundo- en Montmeló (Barcelona), sede del Gran Premio de España; el sexto de la temporada, en el que Carlos Sainz, el otro piloto de la ‘Scuderia’, buscará, en casa, su primer triunfo en la categoría reina.
Verstappen, de 24 años, logró hace dos domingos, en la debutante Miami (EEUU), su tercera victoria del año -en las tres carreras que acabó-, al ganar por delante de Leclerc -de igual edad- y de Sainz, de 27, que firmó su noveno podio en la F1: el tercero del año, asimismo en las tres pruebas que concluyó.
En una carrera que el mexicano Sergio Pérez (Red Bull) -que acaba de ser padre por tercera vez- concluyó cuarto; y Fernando Alonso (Alpine), pasó, tras ser doblemente sancionado, del octavo al undécimo: por lo que no puntuó.
Tras las cinco primeras carreras del año, Leclerc -ganador en Baréin y en Australia- lidera el Mundial con 104 puntos, 19 más que ‘Mad Max y con 38 más que ‘Checo’, tercero en el certamen. El inglés George Russell (Mercedes) es cuarto, con 59 puntos; y Sainz ocupa el quinto puesto, con 53.
Superadas las duras restricciones de público de las pasadas dos temporadas (a causa de la pandemia del covid-19) este fin de semana se prevé un lleno absoluto en Montmeló. Un circuito que, a diferencia del recién estrenado en Miami, es bien conocido por todos, incluso por los pilotos debutantes, porque acogió, en febrero y en marzo, las seis jornadas de test de la pasada pretemporada.
La de las afueras de la Ciudad Condal es una pista de 4.675 metros, con 16 curvas (siete a la izquierda), muchas de alta velocidad; a la que el próximo domingo está previsto que se den 66 vueltas, para completar un recorrido de 308,5 kilómetros.
A partir de este viernes, cuando arranquen los entrenamientos libres -que se completarán el sábado, horas antes de la importante calificación, que ordenará la parrilla, en un circuito en el que no es fácil adelantar– se rodará con neumáticos de la gama de compuestos más rígidos: los C1 (duro reconocible por la raya blanca), C2 (medio, raya amarilla) y C3 (blando, roja).
El Gran Premio de España alcanza este fin de semana su quincuagésima primera edición desde que debutó en el Mundial de F1, en 1951 y en Pedralbes (Barcelona), con victoria del mítico Juan Manuel Fangio, quíntuple campeón mundial para Argentina.
Luego, tras disputarse otra carrera más en esa pista, hubo nueve ediciones en el Jarama (Madrid), cuatro en Montjuic (de nuevo en Barcelona) y cinco en Jerez (Cádiz); hasta que, a partir de 1991, se comenzó a competir en Montmeló, que albergará por trigésima primera vez la principal carrera automovilística que se disputa en España.
El alemán Michael Schumacher y el inglés Lewis Hamilton, que comparten récord de títulos mundiales (7), también comparten plusmarca de victorias en el Gran Premio de España: seis; todas en Montmeló. En el caso del británico de Mercedes, ‘destronado’ el año pasado por Verstappen, cinco de ellas llegaron durante las pasadas cinco ediciones. Y siempre con la escudería alemana.
En la pista barcelonesa, Verstappen se convirtió en 2016, en su primera carrera con Red Bull y con 18 años, en el más joven ganador de la historia de la F1. Y de entre los pilotos en activo también conoce la victoria en Montmeló el cuádruple campeón mundial alemán Sebastian Vettel (Aston Martin): asimismo con la escudería austriaca; y en 2011. Un año antes de que Venezuela festejase su único triunfo en la categoría reina gracias a Pastor Maldonado, que se coronó ese día a bordo de un Williams.
Sainz, segundo en Baréin y tercero en Arabia Saudí y en Miami, apuntará de nuevo alto ante su afición, después de resistir hace dos domingos en la Florida los ataques de ‘Checo’ Pérez. El talentoso madrileño completaría la hasta ahora mejor jornada de su carrera deportiva si vence el domingo en Montmeló; donde el bravo piloto tapatío, que, a diferencia del anterior, salió insatisfecho de EEUU, buscará su tercer triunfo en la F1. Con el que redondearía sus jornadas de felicidad, tras el reciente nacimiento de Emilio, su tercer hijo después de Sergio jr. y Carlota.
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Alonso, de 40 años, que el curso pasado regresó a la F1 después de dos ausente, logró dos de sus 32 victorias (las 32 que aún cuenta España a lo largo de toda su historia en la categoría reina) en el Circuit: en 2006, la temporada que revalidó título con Renault; y en 2013, con Ferrari: la que hasta la fecha es su última victoria en la división de honor del motor.
A Alonso le ha perseguido con insistencia la mala suerte en una temporada que arrancó con el noveno puesto de Baréin, en la primera carrera del año. Después, rompió en Arabia Saudí el motor de su Alpine, que sufrió un fallo hidráulico en Australia. El toque del Haas del alemán Mick Schumacher provocó que perdiera un trozo del pontón del monoplaza en Imola (Italia), donde se retiró; y dos sanciones le dejaron sin puntos hace dos domingos en Miami. La primera, admitida por el propio interesado -tocó al francés Pierre Gasly (Alpha Tauri)- le hizo pasar del octavo al noveno puesto; la segunda -por saltarse un ‘piano’ en el circuito alrededor del Hard Rock Stadium-, anunciada en la noche de la Florida e incomprensible para muchos, le dejó sin puntuar, al descenderlo al undécimo.
Así que, en espera de que su suerte cambie, Fernando ocupa la decimosexta plaza del Mundial, con los dos puntos que sumó en la primera de las 22 carreras (no habrá sustituta para la sancionada Rusia) de un campeonato que se clausurará el próximo 20 de noviembre en Abu Dabi.
Alonso recibió en su tierra, el pasado fin de semana, la visita de su compañero francés Esteban Ocon, al que mostró su Museo, en una jornada en la que ambos rodaron en el circuito de kárting que lleva el nombre del astro astur junto a los pilotos españoles de MotoGP Aleix Espargaró y Maverick Viñales.