Para qué perder más tiempo, para qué seguir arriesgando como ha hecho hasta el último sábado de un Gran Premio, el gran profesional que es Marc Márquez ya solo debe pensar en él, en reparar ese brazo derecho que se retuerce y que ya no corrige trabajando en la musculatura. El dolor ya llegaba al hombro derecho y estaba tratando de compensarlo todo con el brazo izquierdo y estaba trasladando el problema a la palanca contraria.
El ‘Game Over’ al título que anunció en Le Mans, los altibajos y que solo aguantara firme las primeras cinco vueltas de una carrera ya indicaban el calvario por el que estaba pasando y si como piloto es una leyenda, como hombre está demostrando ser otro 10 porque con la mecha acumulada desde el invierno de 2019 en ese hombro-brazo derecho y sus ocho títulos mundiales lo fácil hubiese sido hacer un Stoner y dejarlo a los 27 años. Pero el está hecho de la misma pasta que el otro gran australiano, ese Mick Doohan que regresó del infierno para llevarse cinco coronas consecutivas en 500cc.
“Bon día. Busca siempre una razón para sonreír porque tu sonrisa es vida!!” mostró en un cartel antes de irse para el box a disputar el warmup. Hasta el último día ha sido un profesional, top-10 a 11”800 de la cabeza, y el cometido probar en carrera ese chasis y basculante nuevos para dar las últimas indicaciones a HRC. Ahora a tomar ese avión y operarse en la Clinica Mayo. Le esperan entre 3 y 6 meses de baja barajan y para 2023, a por la reconquista.