¿Cómo se vivió el desplazamiento de la afición de Las Palmas a Tenerife?

¿Cómo se vivió el desplazamiento de la afición de Las Palmas a Tenerife?

Más de 700 camisetas amarillas visitaron la capital tinerfeña para apoyar a la UD Las Palmas en el partido de ida de las semifinales de la promoción de ascenso a Primera División. Para muchos, el viaje empezó en la tarde del pasado lunes, cuando unas 400 personas hicieron cola desde las 15:00 para conseguir una entrada para el Heliodoro.

Una vez las entradas se consiguieron, los aficionados se dieron cita en los barcos que desplazarían a la ‘marea amarilla’ hasta Santa Cruz. Hasta tres buques fueron necesarios para transportar a toda la afición de Las Palmas. Sobre las 17:20, llegó el primero siendo el que transportaba a mayor cantidad de ellos. El corteo comenzó desde que se pusieron los pies en suelo firme y con el paseo hasta el Heliodoro Rodríguez López, que duró unos 40 minutos aproximadamente.

El corteo no fue especialmente agresivo salvo por un incidente: algunos hinchas del Tenerife lanzaron varios huevos sobre la multitud amarilla, llegando a impactar uno de ellos en uno de los agentes de la policía que escoltaban a la afición.

Después de varios cacheos a cada seguidor, fueron entrando poco a poco en el estadio sobre las 18:15 de la tarde. Muchos de los aficionados se quejaron de las condiciones con las que tuvieron que convivir todo el partido; en especial por la situación vivida con los baños: “Solo tenemos tres inodoros para 700 personas. Encima es el mismo para hombres y mujeres y está hecho un asco. En los lavamanos no hay agua y hay que hacer una cola de 20 minutos para entrar por momentos”, declara Pablo Ronda, uno de los aficionados desplazados a Tenerife, a Mundo Deportivo. Además, añade que “antes de empezar el partido cerraron el baño durante un buen rato y no sabemos por qué, ancianos y niños estaban esperando y algunos tuvieron que hacerlo hasta media hora”.

Ya con el resto del estadio vacío, los hinchas de Las Palmas siguieron cantando y animando a su equipo. Jérémy Mellot, lateral izquierdo del Tenerife, saltó al campo junto a su hijo para jugar con él en el césped. La afición aplaudió cada gol del pequeño y cantó con humor “el niño es de Las Palmas”, compartiendo con el jugador chicharrero un buen momento de deportividad.

Minutos después, el equipo volvió al campo para hablar con la afición. Allí fue donde cantaron y saltaron junto a sus seguidores e hicieron conjura para la remontada en el Gran Canaria, todo encabezado por Jonathan Viera: “Yo veo mucha fiesta hoy aquí en esta casa, estos no saben lo que les espera el sábado allá. Nos vemos el sábado y ya verán lo que va a pasar allá”.

Tras la salida de los jugadores, la afición desfiló hacia el puerto donde el barco zarpó sobre las 23:55 y llegó a Gran Canaria a las 02:00 del jueves. 




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