Genaro Gattuso llega al Valencia marcado por muchas cosas. Por su esplendoroso pasado como jugador, por su ascendente carrera como técnico, por estar representado por Jorge Mendes, por ser una decisión expresa de Peter Lim, por padecer una enfermedad autoinmune o incluso por declaraciones del pasado fuera de lugar… Todo eso se le ha achacado desde algún sector del valencianismo en los últimos días y el italiano se ha defendido en una entrevista en el Corriere Della Sera en la que ha pedido que la evaluación sea por su trabajo.
“Solo quiero hacer el trabajo que me gusta, con tranquilidad. Y ser juzgado solo por eso, por lo que realmente soy”, apunta el italiano, que lleva casi un año sin conceder ninguna entrevista.
Uno de los sectores de oposición a Lim en el Valencia, el de el exvicepresidente del club Miguel Zorio, sostiene que no es el indicado para el cargo y le atribuye declaraciones racistas y sexistas además de advertir de los problemas que puede acarrear la enfermedad que sufre.
“Soy muy diferente de cómo me han descrito desde hace doce meses. Se toman declaraciones de diferentes años, se aíslan del contexto y se arman procesos con el objetivo de deslegitimar a una persona, a una vida”, lamenta.
“Cuando escucho que soy racista, siento que me estoy volviendo loco. Ninguna persona, nunca, puede ser juzgada por el color de su piel. El racismo siempre debe ser combatido. Para mí no importa el color de la piel, la persona cuenta. Su honestidad y su lealtad”, destaca.
Gattuso asegura en la entrevista que no cuestiona el matrimonio homosexual. “Creo que cada elección de amor entre las personas debe ser respetada desde todos los puntos de vista. Estos son derechos inalienables que no pueden ser limitados de ninguna manera”, señala.
También circunscribe unas declaraciones que hizo sobre las mujeres y el fútbol a la decepción que para él supuso que apartaran de la dirección del Milan a Galliani por Barbarba Berlusconi. “En todos los campos, las mujeres hacen lo mismo y mejor que los hombres. Lo están demostrando en los gobiernos, en las empresas, en todos los sectores. Cuantas más responsabilidades tengan las mujeres, mejor será”, afirma.
Además, niega que la enfermedad que sufre desde hace una década sea un impedimento. “Aquí tampoco he escondido nada. Tengo, como muchas personas, una enfermedad autoinmune llamada miastenia ocular. Lo sufro desde hace tiempo, pero está absolutamente bajo control y no supone ninguna limitación para mi trabajo. No tengo obstáculos, tanto que siempre he entrenado y no mal También en Nápoles, donde entrené a grandes jugadores en un gran club”, recuerda.