Comuneros zapotecas de la comunidad agraria de Unión Hidalgo en el Istmo de Tehuantepec, denunciaron que el territorio comunal de la zona está expuesto a grandes proyectos de la 4T, especialmente del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, por lo que aseguraron es necesario reconstituir la defensa del territorio.
Dijeron que con la cancelación de los contratos de la línea de transmisión que abarca de Ciudad Ixtepec a San Carlos Yautepec, la Secretaría de Energía (Sener) anunció la cancelación de la consulta indígena para el parque eólico “Gunaa Sicarú” que la empresa Eólica de Francia (EDF), que pretendía construir en su territorio.
Norberto Altamirano, vocero de los comuneros recalcó que sí bien es cierto, la Secretaria de Energía (Sener) canceló la consulta indígena, hay 4 mil 500 hectáreas de tierra aparentemente en propiedad privada que rentó EDF a los pobladores para su proyecto, los cuales se desconoce el destino final que tendrán.
“Las 4 mil 500 hectáreas de tierra en manos de EDF tuvieron que pasar por una cadena de inconsistencias entre síndicos, notarios y demás funcionarios en Oaxaca para poder quitarles el valor agrario, entonces nuestra lucha es que vuelvan a ser agrarias y revivir la milpa”, agregó.
Recordó que Unión Hidalgo, Oaxaca es un anexo de la comunidad Agraria de Juchitán, que abarca más de 68 mil hectáreas de acuerdo al decreto presidencia de 1964, pero que en los años setenta y ochenta vivió una represión de pugna de terratenientes que ocasionaron una disputa del territorio abarcando la privatización de las tierras.
“Nosotros lo que deseamos es la ratificación de esas tierras privadas a comunales, que regresen a su origen y para ello debemos unificar y fortalecer el núcleo agrario de Juchitán y sus anexos, como lo son Unión Hidalgo, Chicapa de Castro, La Ventosa, El Espinal y Xadani, esa es nuestra mayor preocupación, en éstos momentos”, expuso.
Oscar Marín, representante de los bienes comunales de Unión Hidalgo admitió que la lucha por la defensa del territorio no ha sido nada sencilla; por un lado en el tribunal agrario han luchado para que sus tierras le sean devueltas de manos de poblados vecinos invasores como San Dionisio del Mar y Niltepec, y por el otro, de megaproyectos eólicos y mineros en la zona.
Dijo que con la llegada de la empresa Desarrollos Eólicos Mexicanos (Demex) y al no existir consulta indígena, se instaló un parque eólico. “Nos agarraron desprevenidos, porque las tierras son agrarias, aunque ellos digan contar con títulos de propiedad, eso justamente estamos luchando de forma jurídica, para que se reconozca el derecho agrario, el derecho a la tierra y por ende el derecho a luchar por nuestro territorio”.
De tierras privadas a agrarias
Carlos Manzo, defensor y también comunero, recalcó que tanto los síndicos municipales como los notarios públicos encabezan los instrumentos de privatización de tierras agrarias en lo que se refiere a los bienes comunales de Juchitán y sus anexos.
Recalcó que con la llegada de los megaproyectos entre más exista propiedad privada, hace más fácil las negociaciones de venta o renta de tierras, pero el problema es que son proyectos caóticos, por lo que la alternancia es la comunalidad.
“Las tierras agrarias están extinguiéndose, y no es por falta de amor al campo, sino por una cadena de inconsistencias a nivel estatal, porque se está desconociendo gravemente la figura agraria, no están defendiendo las tierras, lo que verdaderamente es nuestro, por la lucha política electoral, se esta dejando a un lado la lucha comunal agraria”, dijo.
Hizo mención que las tierras comunales han sido disputadas, tal es el caso desde la llegada de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (Cocei), que optó por la lucha político electoral y se dejó a un lado la lucha comunal agraria.
En 1982 se llevó a cabo la ultima asamblea agraria en Juchitán, los Comuneros Zapotecas de Unión Hidalgo, hicieron un llamado a los anexos y núcleo agrario a integrar La Asamblea de Comuneros de las tierras agrarias de Juchitán.
Andrea Manzo Matus, mujer binizá y defensora, señaló que a pesar de que la Secretaría de Energía (Sener) ha dado a conocer la cancelación de la continuidad de la consulta indígena por el parque eólico Gunaa Sicaru, exista una disputa por la tierra y el territorio en Unión Hidalgo.
“Buscamos la reconstitución integral de las tierras, no es un llamado solo a las personas que tienen un estatus privado de la tierra, sino a los hombres y sobre todo a las mujeres que estamos en el interior del territorio, las que los caminamos y vivimos, que son tierras comunes, y que tenemos derecho todas y todos de cuidar y respetar”, recalcó.
El proyecto Gunaa Sicarú implicaba la colocación de 115 aerogenadores de 2.625 megawatts cada uno y tendría una capacidad total instalada de 301.9 megawatts, 26 aerogenadores se ubican en La Ventosa, agencia de Juchitán, y 89 en Unión Hidalgo. Dicha central sería interconectada a la red nacional propiedad de la CFE, se interconectarían a la red eléctrica nacional por una línea de transmisión de 230 kilovatios, con dos circuitos y aproximadamente 8 kilómetros de longitud en Ixtepec.
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