Mientras el contingente técnico y humano del paddock de F1 se ha tenido que trasladar de urgencia de Baku en Azerbayán a Montreal en Canadá, medio día en avión para sortear esos 9.000 kilómetros de distancia, en Maranello han tenido trabajo de urgencia para identificar los problemas que llevaron a sus dos monoplazas a tener que retirarse en la carrera del domingo en las primeras vueltas.
Sainz sufrió una avería hidráulica en su F1-75 y el motor de Leclerc empezó a lanzar por el escape un sospechoso humo blanco, dos averías distintas con un común denominador, no podían seguir en carrera.
De las dos ya han identificado una, la de Carlos Sainz, según han comunicado a través de sus redes sociales: “Ya se han examinado los componentes hidráulicos del coche de Carlos y ya existe una solución a corto plazo para Canadá, mientras se continúa trabajando para encontrar soluciones a medio y largo plazo”, advierten lo que no es nada esperanzador para las aspiraciones de Carlos.
Por el contrario llevará algo más de tiempo identificar el problema en la unidad de potencia de Charles. El propulsor ha llegado a lo largo de este miércoles a Maranello “y se completará una primera evaluación por la noche”, han asegurado
La incógnita es si, una vez identificado el problema, en Ferrari logran que alguno de los componentes del motor de Bakú pueden reintegrarse al stock de piezas disponibles para el resto de la temporada. Pero de entrada parece que deberá montar un nuevo propulsor en Montreal con las consecuentes penalizaciones.