Si hay un equipo que pueda remontar un 2-1 en una final de ACB, ese es el Barça, como ya ha demostrado en dos ocasiones, en 1995 frente a Unicaja y ante el Madrid en 2012. En este último precedente, la situación era todavía más desmoralizante que la que vive hoy un Barça que se juega esta tarde seguir con vida: el equipo de Pablo Laso había situado el 2-1 con un tremendo correctivo de 85-59, más doloroso que el 81-66 del viernes.
Tan superior se vio el Madrid y tan cerca se veía ya del título, que no contemplaba otro resultado que un nuevo triunfo en casa para cerrar la serie, de manera que reservó ya antes del encuentro mesa en el conocido Txistu para celebrarlo. Le salió rana: el Barça se impuso por 75-81 y le acabó de dar la vuelta en el Palau (73-69). Y, lo más irónico para el Madrid, es que fue el Bar´ça quien se acabó sentando en esa mesa. Víctor Sada, jugador de aquella plantilla, reveló la anécdota anoche en el programa ‘Tu Diràs’ de RAC1 y cuyo texto transcribió ‘La Vanguardia’.
“El Madrid lo tenía todo preparado para festejar el título porque nos habían metido casi de treinta y nos picó el orgullo. De hecho, tenían preparada la fiesta en el Txistu y dio la casualidad de que nosotros teníamos el hotel al lado y después de ganar unos cuantos jugadores nos acercamos al restaurante y no había nadie”, contó el actual entrenador del júnior del Barça.
El base también señaló el cambio de mentalidad de un partido a otro para revertir una serie que parecía imposible de ganar, sin pasar por alto alguna que otra importante variación táctica. “La clave fue limpiar las cabezas, sonreír y creer en lo que estábamos haciendo pero también en los cambios tácticos. Pascual nos ordenó defender en zona 2-3 en algunas jugadas cuando no lo habíamos hecho en toda la temporada. ¡Ni lo habíamos entrenado! También puso a Lorbek de cinco y a CJ Wallace de cuatro. Y nos funcionó”, contó Sada.