Biden habla con Petro sobre cambio climático y el acuerdo de paz

Biden habla con Petro sobre cambio climático y el acuerdo de paz

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El presidente Joe Biden, el martes 21 de junio, en la Casa Blanca, en Washington.Susan Walsh (AP)

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha llamado este martes, dos días después de las elecciones, a Gustavo Petro para felicitarle a él y a la vicepresidenta electa, Francia Márquez, por su victoria en la segunda vuelta de las presidenciales del domingo en Colombia, según ha informado en un comunicado la Casa Blanca. El país andino es uno de los principales socios de Estados Unidos en la región y han mantenido una estrecha relación durante los últimos años. Iván Duque, quien se ha esmerado en limar asperezas en la recta final de su mandato, es uno de los dirigentes latinoamericanos con los que Biden ha mantenido mayor sintonía personal.

El triunfo de dirigentes de izquierda en buena parte de América Latina está limitando la influencia de Washington. Además de los países a los que considera no democráticos (Venezuela, Cuba y Nicaragua), las voces críticas se han extendido por muchos otros lugares, como se puso de manifiesto en la reciente Cumbre de las Américas. A la espera de las elecciones en Brasil, donde Lula parte como favorito frente al presidente Jair Bolsonaro, en todos los demás grandes países de la región hay ahora gobiernos de izquierda: México, Argentina, Bolivia, Perú, Chile y ahora Colombia. La victoria de Petro trasciende los equilibrios del país andino y marca un reajuste del eje progresista en América Latina. Entre las líneas estratégicas de la política exterior de Petro está una nueva inserción en el subcontinente, sin por ello sacrificar la relación privilegiada con Estados Unidos, explica la internacionalista Laura Gil.

Según el comunicado de la Casa Blanca, el presidente norteamericano ha elogiado al pueblo colombiano “por la celebración de elecciones libres y justas” y ha reafirmado el apoyo de Estados Unidos a Colombia. Biden ha subrayado que espera trabajar con Petro para continuar fortaleciendo la cooperación bilateral, incluyendo el cambio climático —una de las prioridades de Petro—, la seguridad sanitaria y la implementación del acuerdo de paz sellado a finales de 2016. El presidente Biden también ha agradecido la oportunidad de discutir la seguridad bilateral y la cooperación contra las drogas. Ambos presidentes han hablado de la importancia del respeto mutuo y la asociación como base de la relación entre Washington y Bogotá, y han acordado que sus respectivos equipos trabajarán conjuntamente en los asuntos de interés común.

Según ha detallado Petro en sus redes sociales, la “muy amistosa” conversación con Biden se ha dado en el marco de su estrategia por contar con una relación diplomática “más intensa y normal”. “En sus palabras, una relación ‘más igualitaria’ en provecho de los dos pueblos”, escribió el presidente electo. La llamada se da después de que el embajador colombiano en Washington, Juan Carlos Pinzón, presentó el lunes su renuncia al cargo tras confirmarse la victoria de Petro, argumentando una cuestión de “principios”. También en la víspera, el secretario de Estado, Antony Blinken, reconoció que Washington busca “fortalecer aún más” las relaciones con Colombia.

Biden es probablemente el presidente estadounidense que mejor conoce Colombia. Al demócrata le gusta referirse al país andino como “la piedra angular” de la política exterior de Washington en Latinoamérica, y fue uno de los grandes promotores del Plan Colombia que forjó la alianza antinarcóticos y contrainsurgente entre ambos países a comienzos de este siglo, cuando era congresista por Delaware. Como vicepresidente de Barack Obama respaldó decididamente los diálogos de La Habana, que llevaron al acuerdo de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018) y la extinta guerrilla de las FARC.

Luego de las elecciones de noviembre de 2020, el presidente Duque, un crítico de los acuerdos, fue uno de los primeros mandatarios de la región en reconocer la victoria de Biden. Lo felicitó en lo que pareció un esfuerzo por sanar las heridas que dejó el indisimulado apoyo del Centro Democrático, el partido de Gobierno fundado por el expresidente Álvaro Uribe, a la fallida campaña de reelección de Donald Trump en el estado de la Florida. Duque fue un íntimo aliado del republicano, con una notoria sintonía con respecto a la crisis de la vecina Venezuela y el “cerco diplomático” contra el régimen de Nicolás Maduro.

En la recta final de su periodo, el colombiano ha dado prioridad a recomponer las relaciones, al punto de alinear su agenda con la Casa Blanca de Biden al poner el foco en temas de migración —Colombia es el principal destino de la diáspora venezolana— y cambio climático, en lugar de seguridad y lucha contra el narcotráfico. El pasado marzo, Duque por fin sostuvo un esperado encuentro oficial con Biden en Estados Unidos, un gesto que terminó de cerrar las heridas entre dos estrechos aliados en el ocaso de su administración. El demócrata transmitió entonces a Duque su intención de convertir a Colombia en aliado estratégico por fuera de la OTAN, un estatus especial que conlleva privilegios económicos y militares.

Además de aliado histórico, Colombia es también clave para Washington por su papel en la estrategia frente a Venezuela, probablemente el mayor foco de inestabilidad en América Latina. La reapertura del flujo fronterizo y el restablecimiento de relaciones con Caracas, rotas por completo desde 2019, es un clamor en las poblaciones a lo largo de una porosa frontera de más de 2.200 kilómetros, y Petro ha prometido echar a andar ese acercamiento.

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