El segundo capítulo de En el nombre de Rocío ya ha visto la luz y ha vuelto a poner de nuevo al clan Mohedano en el punto de mira. Rocío Carrasco ha decidido no callarse más y, sin dejar indiferente a nadie en esta segunda parte de su documental, la hija de ‘la más grande’ ha vuelto a hacer tambalear los cimientos de su familia mediática. Tras dirigirse a los Mohedano como “jauría” y desmontando su última estrategia para hacerle daño, la mujer de Fidel Albiac ha vuelto a la carga.
Una relación no tan idílica
En este segundo capítulo, Gloria Mohedano y Rosa Benito se han llevado la peor parte. La madre de Rocío Flores ha vuelto a mencionar a Luisa, la primera novia de Amador Mohedano con la que llegó a prometerse, para ahondar en cómo se conocieron su tío y Rosa. “Amador va con mi madre a Alicante y en ese viaje conoce a Rosa. Se enamora locamente de Rosa y la relación con Luisa se tiene que terminar. Mi madre se entera por una llamada de teléfono estando en Chipiona, reunida con su hermana y con mis tíos por parte de mi padre. Estaba Luisa allí también. Le llaman por teléfono y le dicen que Amador está con otra persona y que eso es lo que hay”, ha comenzado explicando, para luego continuar confesando que Gloria se tomó muy mal esa decisión, pues “Rosa no es santo de la devoción de Gloria desde el principio, de hecho se tiran bastante tiempo sin hablarse”. Con este relato, la hija de Rocío Jurado ha querido desenmascarar la relación que ellas siempre han fardado tener públicamente y que, al parecer, no sería tan perfecta como se piensa: “Realmente la relación de ellas nunca ha sido idílica y muy buena. Cuando parece ser que se han unido todos es a partir de que muere mi madre, pero con mi madre en vida eso no era así ni mucho menos”.
En este episodio destinado a su tía, la hija de la artista ha desvelado que la relación de Gloria era más bien de interés: “Nada de lo que se hizo se hacía de manera desinteresada. Ninguna atención fue gratuita”. Y es que, aunque la relación de la televisiva con su tía actualmente es inexistente, Carrasco guarda muy buenos recuerdos de ella. “Yo tengo recuerdos de Gloria de yo estar con fiebre y Gloria no moverse del lado de mi cama hasta que yo me recuperara. Fueran dos o tres días. Yo tengo recuerdos bonitos de Gloria”, ha confesado. Sin embargo, sigue fiel a su versión de que todo lo hizo con un interés: “Luego, con 44 años, he llegado a pensar que viendo cómo se ha desarrollado todo y viendo la actitud posterior, nada de lo que se hizo, se hizo de corazón. Al final tú cuida de mi hija y tú te aseguras un sitio de veraneo durante dos meses a gastos pagados”.
Tras estas palabras, Rocío Carrasco ha manifestado creer que su tía no la quería, ni lo llegó a hacer nunca: “A mi forma de entender el amor, el cariño, el afecto, y el querer, no. De forma desinteresada y pura, no. Y hablo con el dolor de que al final te das cuenta de que poco más que has vivido como en una mentira. Las cosas se han desarrollado de una forma tan sumamente fea que al final lo que tú creías que era tu gente, tu familia y tu sangre se te ha venido al suelo y se te ha desmoronado. Y no solo que se ha desmoronado, sino que lo has visto posicionados al lado más contrario y opuesto de tu vida”.
El dinero perdido
Cuando parecía que todo el dolor que Rocío sentía por la actitud de su tía había quedado zanjado, la televisiva ha soltado una bomba que ha vuelto a poner el nombre de Gloria Mohedano en el ojo del huracán. Carrasco ha sacado los trapos sucios y ha puesto el foco en un dinero que ‘la más grande’ le dio a su hermana para la boda de su hijo Antonio y que no se supo a dónde fue a parar. «Cuando mi primo Antonio se casa, mi madre le da a Gloria 200.000 pesetas como regalo para Antonio. Llamó a su sobrino para decirle ‘niño, que no me has dicho nada del regalo, si te ha parecido bien, si quieres otra cosa…’ y Antonio le dijo ‘Rocío, yo no tengo ningún regalo tuyo’. Y Gloria nunca jamás le dio ese dinero a Antonio», ha revelado. Una acusación que ha puesto contra las cuerdas a su tía, que probablemente salga públicamente a dar explicaciones.
Pero cuando todo parecía haber quedado ahí, la protagonista de la docuserie ha contado otro hecho por el que sigue mosqueada. Al parecer, Manolín -tío de Rocío Jurado- administraba una cuenta corriente de la artista para pagar todo lo relacionado con la Finca de los Naranjos, cuenta en la que Gloria Mohedano podría estar también inmersa. «Gloria metía las narices en el campo, el otro opinaba de los números, metía mierda con mi tío Manolín. Gloria un día le dijo que le firmara un cheque: ‘que lo dejes en blanco me ha dicho Rocío’. Mi tío lo firmaba y se lo daba. ¿Para qué era ese dinero? No se sabe. ¿Lo recibía Rocío Jurado? Tampoco se sabe. A lo mejor su hermana se lo había dicho, pero no se sabe. Manolín se lo dijo y mi madre lo supervisaba, pero no me extrañaría que algo se hubiera extraviado, hablo con conocimiento de causas y antecedentes”, ha sentenciado.
El reproche a Rocío Jurado
Siguiendo con Rocío Jurado como protagonista, su hija mayor ha ahondado en las causas de la separación de sus padres, revelando que Amador y Gloria fueron los culpables de la ruptura. Sin embargo, el error fue de ‘la más grande’, pues “antepuso a su familia” antes que al boxeador: “Él se casó con ella, no con sus hermanos. Eso es lo que ella no supo hacer. Él lo que quería era estar con ella, no con su familia 24 horas del día. La profesión no acaba con su matrimonio. Si hubiesen estado ellos dos con la profesión de ella no hubiese habido ningún problema”. A lo largo de los años, la televisiva ha tenido tiempo para reflexionar y hacer balance de los motivos que habrían llevado a sus padres a coger caminos diferentes, dejando claro que la presencia de sus tíos en la casa de su madre no puso las cosas fáciles: “Mi padre se vio ninguneado por los hermanos de mi madre. Se vio que él no tenía ni voz ni voto. Daba igual lo que opinase. y un día él le dijo: ‘Rocío, esto no puede ser así’”.
Una versión que ha sido apoyada por las personalidades que han participado en el documental. “Pedro Carrasco no los aguantaba. No le gustaban. A donde iba estaban”, ha comentado el periodista Jimmy Jiménez Arnau. Por su parte, el hermano de Pedro Carrasco ha coincidido con la historia de su sobrina: “Aquella casa era un desbarajuste. El casado, casa quiere. Tener una intimidad, su espacio. Eso no quiere decir que no venga la familia. Pero tanto tanto, cansa un poco. Y Pedro estaba cansado de eso”.
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