Este mismo verano, el talentoso Emre Mor (24 años) quedó definitivamente desvinculado del Celta, club en el que dejó un recuerdo más que amargo. El extremo turco aterrizó en Vigo en verano de 2017 como un fichaje de relumbrón, convirtiéndose en la segunda incorporación más cara de la historia del club con 13 millones de euros, solo superados por los 14,42 que en su día pagaron los celtiñas al Málaga por Catanha.
A pesar de no haber brillado como se esperaba en el Borussia Dortmund, el díscolo futbolista seguía siendo considerado como uno de los grandes talentos del viejo continente. Un potencial que jamás llegó a demostrar en el Celta, donde entre lesiones, polémicas y altibajos en su rendimiento terminó disputando únicamente 52 partidos en dos campañas y media y acumulando tres cesiones prácticamente consecutivas en Galatasaray (2019), Olympiacos (2020) y Fatih Karagümrük (2020-21), que pasó a ser el poseedor de sus derechos tras finalizar su contrato con el Celta.
Renacimiento en el Fatih Karagümrük
En ésta última, el atacante tuvo una regularidad difícil de hallar en sus anteriores etapas y firmó los mejores números de su carrera, anotando seis dianas y repartiendo cuatro asistencias de gol. Algo que provocó que algunos clubs como la Fiorentina o el Fenerbahçe preguntaran por él, siendo los canarios amarillos los que han terminado llevándose el gato al agua.
El conjunto turco, donde militan otros ex de LaLiga Santander como el argentino José Sosa o Mesut Özil -actualmente apartado-, ha anunciado este miércoles un principio de acuerdo con el Fatih Karagümrük y el propio jugador para su traspaso por una cifra cercana a los dos millones de euros.