Misiles rusos alcanzaron a primera hora del viernes un edificio de apartamentos y un centro turístico cerca del puerto ucraniano de Odesa, en el mar Negro, matando al menos a 17 personas e hiriendo a decenas, informaron las autoridades ucranianas, en el último de una serie de mortíferos ataques con misiles.
Con sus fuerzas terrestres concentradas en la región industrial oriental ucraniana del Donbás, Rusia ha duplicado el número de ataques con misiles en todo el país en las últimas dos semanas, utilizando misiles imprecisos de la era soviética en más de la mitad de los ataques, según un general de brigada ucraniano.
Un misil impactó en un edificio de nueve plantas en la ciudad de Bilhorod-Dnistrovsky cerca de la 1 de la madrugada (2200 GMT del jueves), informó el Ministerio de Emergencias ucraniano. También provocó un incendio en un edificio anexo.
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Serhi Bratchuk, portavoz de la administración regional de Odesa, dijo a la televisión estatal ucraniana que se estaba llevando a cabo una operación de rescate, ya que algunas personas permanecían enterradas bajo los escombros tras el derrumbe de parte del edificio.
Otro misil impactó en un centro turístico, dijo Bratchuk, matando al menos a tres personas, entre ellas un niño, e hiriendo a otra más.
Reuters no pudo confirmar de forma independiente los detalles del incidente.
Miles de civiles han muerto desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero en lo que, según Kiev, es una guerra de agresión no provocada. Moscú niega haber atacado a los civiles y dice que sólo ataca la infraestructura militar en lo que llama una “operación especial” para erradicar a nacionalistas peligrosos.
El ataque ocurrió después que Rusia dijera el jueves que había decidido retirarse de la Isla de las Serpientes como “gesto de buena voluntad” para demostrar que Moscú no estaba obstruyendo los intentos de la ONU de abrir un corredor humanitario que permita el envío de cereales desde Ucrania.
Ucrania dijo que había expulsado a las fuerzas rusas de la isla del mar Negro tras un asalto con artillería y misiles y el presidente, Volodímir Zelenski, celebró la victoria estratégica.
“Todavía no garantiza la seguridad. Todavía no garantiza que el enemigo no vuelva”, dijo en su discurso nocturno por vídeo. “Pero esto limita significativamente las acciones de los ocupantes. Paso a paso, los haremos retroceder de nuestro mar, nuestra tierra y nuestro cielo”.
En cambio, las fuerzas ucranianas resistían desesperadamente en la ciudad de Lisichansk.
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La artillería rusa bombardeaba desde diferentes direcciones mientras el ejército ruso se acercaba por varios lados, declaró el gobernador regional Serhi Gaidai a la televisión ucraniana.
“La superioridad en potencia de fuego de los ocupantes sigue siendo muy evidente”, dijo Zelenski. “Simplemente han traído todas sus reservas para golpearnos”.
Las fuerzas rusas han estado intentando rodear Lisichansk desde que capturaron Severodonetsk, en el lado opuesto del río Síverski Donets, la semana pasada tras semanas de duros combates.
En Severodonetsk, los residentes han salido de sus sótanos y están rebuscando entre los escombros de su ciudad en ruinas mientras tratan de reconstruirla.
Reuters
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