El primer fichaje del Real Zaragoza para la temporada 2022-23, Giuliano Simeone, ha señalado en su presentación como nuevo jugador del conjunto aragonés que era consciente de que los futbolistas argentinos habían funcionado bien en el equipo y que esperaba poder cumplir esas expectativas.
“Sé que los jugadores argentinos han funcionado muy bien en el Real Zaragoza y espero que yo también lo pueda hacer con mucho trabajo y esfuerzo y que esta temporada en un club tan histórico sea muy buena”, ha apostillado.
El jugador, cedido por el Atlético de Madrid, ha explicado que en el pasado mercado invernal el conjunto aragonés intentó conseguir que recalara en La Romareda pero que al final no se llegó a un acuerdo y que ahora tenía “muchas ganas” de jugar en el conjunto maño.
Simeone ha reconocido que llega a una categoría “muy exigente”, que espera ganarse la confianza del entrenador, Juan Carlos Carcedo, y que confía en que con un buen trabajo del equipo los resultados llegarán.
TEMPORADÓN DE GIULIANO EN EL ATLÉTICO
El delantero, que viene de marcar 25 goles la pasada temporada en el filial del Atlético de Madrid en Tercera división, ha explicado que no se marca una cifra a la que llegar en la próxima campaña porque cree que es algo de todo el equipo, aunque sí ha asegurado que aportará “mucho trabajo y sacrificio” y que va a “darlo todo” por el club esforzándose al máximo.
Preguntado por la posición en la que se siente más cómodo sobre el terreno de juego, ha explicado que aunque puede jugar en solitario en la punta del ataque o acompañado de otro delantero lo hará donde el equipo lo necesite y que será una decisión del entrenador.
El director general del Real Zaragoza, Raúl Sanllehí, ha comentado que Simeone entendió desde el primer momento el proyecto y la importancia del club y que le expresó que quería formar parte de la historia del Real Zaragoza.
El director deportivo del club aragonés, Miguel Torrecilla, ha analizado que Simeone va a ser un delantero que cuando el equipo no tenga el balón va a aportar movilidad, intensidad de presión y que va a perjudicar la salida del balón del rival siendo un incordio porque siempre lo ha hecho así.
“Cuando tengamos el balón va a dar soluciones a los de atrás con sus desmarques. En el área no se arruga ni tiene miedo a chocar con los defensas y pone una intensidad importantísima”, ha destacado.