Brais Méndez Portela está conceptuado como la gran joya de la cantera del Celta, el ejemplo paradigmático de futbolista que pasa por todas sus categorías inferiores y así es, aunque no se incorporó desde el principio. Quizá pocos recuerden, y por eso ahora resulte un poco ‘random’, la etapa de dos años que el de Mos pasó en el Villarreal recién estrenada la adolescencia.
El nuevo fichaje realista despuntó desde muy joven en el equipo vigués del Santa Mariña, donde su padre Pupi, exfutbolista, era directivo. Hacía magia con la pelota y por eso el Celta, el Depor, el Real Madrid y el Villareal quisieron echar sus redes pelágicas sobre él. Sus padres se decantaron por el ‘submarino amarillo’, por sus instalaciones y por la gestión de la educación del chaval. La experiencia de Jonathan Pereira, que también fue cazado por el Villarreal del Santa Mariña, fue una inspiración.
Brais, con la equipación del Villarreal cuando tenía 13 años
Brais vistió de amarillo durante dos temporadas, de los 13 a los 15 años, pero al final le pudo la morriña. A la vuelta, ya en edad cadete, recaló en el Celta y a partir de ahí pasó por todos los conjuntos de las categorías inferiores sin saltarse un solo paso hasta llegar al primer equipo de la mano de Juan Carlos Unzué.