La pesadilla televisada de ‘Alito’ Moreno

La pesadilla televisada de ‘Alito’ Moreno


Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI durante una conferencia de prensa en la sede nacional del partido, en Ciudad de México, el 28 de junio de 2022.Moisés Pablo (Cuartoscuro)

El escándalo político que ha puesto al líder del Partido Revolucionario Insititucional (PRI) contra las cuerdas tiene su propio show de televisión. “Se va a poner buenísimo”. Así anunció Layda Sansores, la gobernadora de Campeche, la difusión del enésimo audio contra el dirigente priista Alejandro Alito Moreno, en su programa semanal Martes del jaguar. La nueva filtración expone una supuesta negociación entre el dirigente priista y un director de Radio Fórmula, una de las cadenas radiofónicas más escuchadas de México, para obtener espacios y entrevistas a modo para el candidato tricolor al Gobierno de Nuevo León, Adrián de la Garza.

El audio emergió apenas unas horas después de que la Fiscalía de Campeche hiciera público que iba a solicitar al Congreso el desafuero de Moreno, que cuenta con inmunidad judicial al ocupar un escaño como diputado, para acusarlo de enriquecimiento ilícito. “Primero me van a tener que matar, antes que callarme”, ha zanjado Moreno en una rueda de prensa con sus aliados en la oposición este miércoles, en respuesta al último escándalo en el que aparece como protagonista.

“¿Sabes qué podemos hacer? Digo, aquí entre amigos, las preguntas que quieres que te haga las cuelo”, se escucha decir a uno de los directores de Radio Fórmula, que abre el menú frente a Moreno para que él elija en qué espacio informativo de la parrilla de la empresa quiere que aparezca su candidato. “Inventan las entrevistas, todo es de mentiritas y solo dicen lo que les conviene, lo que quieren y lo que les pagan”, ha asegurado Sansores en el mensaje que colgó en redes sociales donde comparte la grabación.

En cuatro meses de guerra abierta, Alito ha quedado retratado en múltiples audios lapidarios como un personaje desprestigiado y soez, que habla sin empacho de cómo “a los periodistas hay que matarlos de hambre” o de cómo “vamos a cogernos a los empresarios con esta reforma”. Sansores también ha presentado algunas conversaciones en las que su rival político discute cómo maquillar su contabilidad, hacer negocios aprovechando sus conexiones políticas o desviar recursos a sus familiares. En las grabaciones, el político también presume que tiene un control casi absoluto del PRI, que se encuentra sumido en una crisis política sin precedentes, y que no piensa dejar el timón del partido hasta cumplir su mandato en 2024.

El pleito ha subido tanto de tono que López Obrador ha buscado desmarcarse una y otra vez, al señalar en repetidas ocasiones que las formas de las filtraciones no le habían parecido correctas. La última vez ha sido este miércoles. “Es un asunto que tiene que ver con las autoridades de Campeche”, ha dicho el mandatario. “Nosotros no llevamos a cabo ninguna persecución política”, ha declarado en su conferencia de prensa diaria. Al mismo tiempo, Mario Delgado, presidente de Morena, y Citlalli Hernández, la secretaria del partido, se han deshecho en elogios para Sansores y se han declarado admiradores de su programa. “En familia se disfruta más, no se lo pierdan”, tuiteó Delgado, que ha posado en otras publicaciones con bolsas de palomitas para disfrutar de la emisión. Encolerizado, Alito ha anunciado este miércoles un bloqueo legislativo contra la reforma electoral y el proyecto para afianzar la militarización de la Guardia Nacional, dos asuntos prioritarios para López Obrador y el bloque gobernante. “Tope hasta donde tope, no van a romper al PRI ni van a romper a la coalición, que le quede claro a Morena”, ha afirmado.

La pesadilla de Moreno tiene nombre. Todas las acusaciones y los golpes bajos han sido publicados en los Martes del jaguar, el programa semanal de televisión en el que Sansores alterna los elogios a su propio Gobierno con ataques a sus adversarios políticos. Es probablemente la mayor cruzada mediática de una Administración en funciones contra un político rival en activo que se ha visto en los últimos años en México y también, el último testimonio de fragilidad del otrora todopoderoso PRI. Hace apenas cuatro años gobernaba el país y hoy está acorralado por la cruzada de una gobernadora de Campeche, un Estado que había sido dominado por el partido durante 90 años.

El pleito no es nuevo. Sansores militó durante más de tres décadas en el PRI y es hija de Carlos Sansores, exgobernador priista de Campeche entre 1967 y 1973. En 1996 salió del partido y empezó un largo peregrinaje por el espectro político. Estuvo en las filas del Partido de la Revolución Democrática, de Movimiento Ciudadano y fue senadora por el Partido del Trabajo antes de unirse a Morena, la formación fundada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador. En 2015, el año que marcó la primera elección federal de Morena, Sansores fue postulada como candidata morenista y compitió con Moreno por el Gobierno de Campeche.

En plena campaña, la entonces aspirante promovió una denuncia contra el priista ante la Procuraduría General de la República y exigió a las autoridades electorales que investigara a su rival por gastos excesivos de campaña, incluidos varios traslados en avión y helicópteros privados. “No es una situación personal con Alejandro Moreno”, dijo Sansores. “En concreto, solicitamos una investigación por enriquecimiento ilícito, presentamos que no hay información acerca de su trayectoria, analizamos las declaraciones patrimoniales y no existe alguna alusión a que haya tenido puestos empresariales, se dedique a negocios o sea socio de algo que justifique su riqueza”, agregó. En medio del cruce de acusaciones y descalificaciones, la maquinaria territorial del PRI se impuso con más de 20 puntos de ventaja sobre Morena, que tuvo que conformarse con el tercer lugar.

Después de la elección de 2015, Alito asumió la gubernatura del Estado y Sansores regresó a su escaño en el Senado. En 2018, una investigación periodística destapó una serie de facturas por más de 700.000 pesos [unos 35.000 dólares] de recursos públicos que Sansores supuestamente utilizó para comprar ropa, bolsos, desodorantes, electrodomésticos y tintes de cabello. La entonces senadora justificó que los productos eran para su equipo de trabajo y dijo que se trataba de un ataque ordenado desde el PRI y la presidencia por sus posiciones críticas con el Gobierno de Enrique Peña Nieto.

Alito dejó el Gobierno de Campeche en junio de 2019 para contender por la presidencia del PRI y dio el relevo a Carlos Miguel Aysa González como sustituto. En medio de las negociaciones de este año para aprobar la reforma eléctrica, el Gobierno de López Obrador propuso a Aysa González como embajador en República Dominicana, después de que su hijo, el diputado Carlos Miguel Aysa Damas, anunciara su renuncia al PRI y su incorporación a Morena para respaldar la iniciativa sobre el mercado eléctrico. Al final, pese a que el propio López Obrador exhortó al PRI a que se sumara al proyecto legislativo, Morena no obtuvo los votos necesarios para que pasara la reforma.

Desde entonces, y de la misma forma que hizo Sansores, Moreno ha dicho que las filtraciones de la gobernadora son producto de una estrategia orquestada desde la presidencia por negarse a apoyar la reforma eléctrica. Los papeles se habían invertido desde hace un año antes. En 2021, en su cuarto intento por ser gobernadora, Sansores se alzó con un triunfo aplastante en Campeche, en lo que fue también uno de las derrotas más humillantes para Alito, que llegó a líder nacional del PRI con la promesa de reconstruir las viejas glorias del partido.

Parecía que los viejos conflictos habían quedado atrás y Moreno fue uno de los asistentes a la toma de posesión de Sansores como gobernadora en septiembre de 2021. El tono cambió radicalmente un mes antes de las elecciones estatales de junio pasado, en las que estaban en liza seis gubernaturas y el PRI buscaba encabezar una coalición opositora contra Morena, cuando Sansores empezó el goteo de filtraciones desde el Martes del jaguar. La última saga bélica entre Sansores y Alito ha estado marcada por el fichaje de Renato Sales, que fue jefe de la Comisión Nacional de Seguridad durante la Administración de Peña Nieto y fue nombrado titular de la Fiscalía de Campeche a propuesta del Gobierno morenista.

Sales, descrito en la prensa nacional como el fiscal dispuesto a tumbar a Alito, ya había virado hacia Morena desde hace más de un año y fue el candidato del partido de López Obrador a la alcaldía de Campeche, la capital homónima del Estado, pero quedó en segundo lugar. El dirigente del PRI ha asegurado que es Sales quién ha “robado” equipo de las instancias federales de seguridad para espiarlo y difundir las grabaciones. “No es un acto político contra un opositor”, dijo Sales al presentar la solicitud de desafuero, relacionada con una propiedad valorada en 130 millones de pesos a nombre de Moreno, que fue cateada en julio pasado en lo que el propio López Obrador calificó como un “show mediático”.

La solicitud de desafuero, sin embargo, eleva las acusaciones de los medios a los tribunales y puede suponer un giro fulminante para las aspiraciones de Moreno como líder priista y opositor. Alito logró que un juez frenara la difusión de audios en su contra en los Martes del jaguar, pero Sansores ha dado la vuelta a la prohibición al grabar el programa desde su casa y con recursos de su propio bolsillo, sin que ningún funcionario público participara de la producción, uno de los reclamos del priista.

Tras bambalinas está por verse si la Fiscalía de Sales y el Gobierno de Sansores pueden construir un caso contra Moreno, que ha dejado claro que basará su contraataque en otras filtraciones y en exprimir cualquier duda sobre el debido proceso judicial y la admisión de los audios como pruebas legítimas en su contra. La resolución sobre el desafuero se perfila como el clímax de esta temporada. Mientras tanto, el show de Alito y Sansores continúa en horario estelar.

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