Hace unas semanas, el FBI entró en las oficinas del expresidente Donald Trump en su residencia de Mar-a-Lago en Palm Beach (Florida) con el fin de encontrar una serie de documentación acumulada durante su presidencia. A Trump se le investiga por tres delitos distintos: destrucción, falsificación y alteración de documentos, obstrucción de investigación federal y ocultación o eliminación de registros gubernamentales. Los tres podrían sumar hasta 33 años de prisión. Esto no quiere decir que el republicano vaya a ser condenado, ni siquiera que se le vaya a procesar por estos delitos. En el vídeo que acompaña a esta noticia, el analista político de Agenda Pública, Pedro Soriano, analiza los posibles futuros de Donald Trump tras la investigación del FBI en su residencia.
“Me cuesta muchísimo ver una dinámica judicial en la cual antes de noviembre de 2024, que es cuando hay elecciones, tengamos una sentencia firme sobre este caso”, considera Soriano. A la enorme cantidad de documentos que el FBI debe analizar (26 cajas de documentación y numerosos documentos sueltos) se le suma ulteriormente una sucesión de recursos. Si Trump ganara finalmente las elecciones de 2024, para las que aún no ha anunciado su candidatura, y fuera condenado posteriormente, “el lío puede ser monumental”, asegura Soriano. “Trump intentaría por todos los medios bloquear el proceso alegando su condición de presidente e incluso que no se puede procesar a un presidente ni siquiera por hechos cometidos cuando no lo era”.
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