El atestado que sirvió para justificar el registro de Mar-a-Lago, la mansión de Donald Trump en Florida, ya es público, pero la versión difundida tiene prácticamente la mitad del contenido tachado. En ese afidávit están los indicios de delito contra el expresidente, pero ninguna de las fuentes ni de las pruebas concretas se han revelado. Hay solo algunos apuntes novedosos, entre ellos que el FBI temía que con la retención de los documentos por parte de Trump se estuviera poniendo en peligro la identidad de alguna fuente de inteligencia.
El atestado viene firmado por un agente especial del FBI cuya identidad no se revela. También se han tachado las alusiones al curso de la investigación. Sí que se reconstruye el origen del caso, con el toma y daca por parte de los Archivos Nacionales para que Trump devolviese la documentación a la que le obligaba la ley, primero, y con la sorpresa de que cuando entregó las cajas había 184 documentos clasificados. De ellos, 67 documentos estaban marcados como confidenciales; 92, como secretos, y 25, como alto secreto.
El FBI tenía indicios de que Trump conservaba más documentos clasificados en Mar-a-Lago y por eso solicitó el registro. Pero el grueso de esos indicios están tachados en el documento hecho público este viernes.
Esta clase de atestados no se publican cuando un caso está aún en curso. El Departamento de Justicia argumentó que su difusión podía comprometer la investigación y que si se publicaba solo parcialmente el documento sería incomprensible y sin sentido, así que se oponía a ello. “Las omisiones necesarias para mitigar los daños a la integridad de la investigación serían tan extensas que harían que el texto restante no tuviera contenido significativo”, dijo la semana pasada en un escrito presentado en el juzgado.
El juez federal Bruce E. Reinhart, sin embargo, decidió que se publicase, aceptando que se ocultasen partes sustanciales. Si lo que queda es o no de interés público, relevante y significativo no le corresponde a él decirlo, argumentó en la vista celebrada el pasado jueves en el juzgado del Sur de Florida del que es titular. El Departamento de Justicia entregó este jueves la versión no confidencial. Tras recibirla, el juez Reinhart, que fue el que aprobó la orden de registro, dio por buenos los tachones propuestos y decidió que el documento se publicase este viernes.
Tanto la Fiscalía como Trump estuvieron de acuerdo en que se publicase la orden de registro con sus anexos y el inventario de bienes incautados por los agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI). Eso permitió saber que a Trump se le investiga al menos por tres posibles delitos penados con multas y/o elevadas penas de cárcel y también que en el registro se hallaron numerosos documentos clasificados como “alto secreto”. Trump alegó después que había desclasificado esos documentos, aunque no hay ningún rastro documental de ello.
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