El Atlético de Madrid se pudo ir al descanso de su partido ante el Valencia, por delante en el marcador. El primer acto acabó con la ocasión más clara de los rojiblancos. Un mal control de Musha en un pase en profundidad dejaba el balón suelto al lado de un Joao Félix, que se giraba a la media vuelta para encontrar solo a Álvaro Morata, de cara a portería.
El control del madrileño no era el mejor posible, con la acción con la velocidad que se demandaba en una ocasión tan clara, y se tenía que orientar el esférico hacia su zurda puesto que los centrales del Valencia ya corrían hacia él y le cerraban otras vías. El internacional español, la pegaba con su izquierda, cruzada, al palo más alejado.
Un remate desde dentro del área, un mano a mano en realidad, en el que Mamardashvili la tocaba con la puntera del pie, como un arquero de balonmano, apenas la rozaba, para desviarla lo justo para que se marchase a saque de esquina.