Acompañen o no los resultados, en Girona aparece un denominador común todos los fines de semana. Con el 17 a la espalda y cedido por el Atlético de Madrid, aparece un tal ‘Roro’ sobre el verde con muy malas intenciones. O buenas, según de qué lado lo miren.
‘Roro’ es otro rollo. Su juventud no le priva de ser justo el atacante que quiere Míchel. Tiene desborde, personalidad, clase y carácter. Y lo mejor de todo: tiene confianza en sí mismo. El madrileño acabó el partido declarando que a nivel personal estaba muy contento pero que solamente le faltó meter los disparos que efectuó durante el partido ante el Mallorca. A lo que añadió un: “Qué estén tranquilos, que las próximas van a ir dentro”.
En todos los partidos, ‘Roro’ ha partido desde el once inicial, exceptuando el de la tercera jornada frente al Celta, donde no pudo estar por una pequeña lesión en el hombro. Casualidad o no, al equipo le costó mucho generar peligro y abrir el campo con opciones de ataque en zona de tres cuartos. Y es que, cuando el madrileño está sobre el tapiz, pasan cosas.
El aura que aparece en el verde cuando ‘Roro’ tiene la pelota entre sus botas parece inevitable. Durante la primera jornada en Valencia fue el más destacado en ataque y, contra el Getafe en la segunda también fue de los mejores. No cambió en el último partido frente a los mallorquinistas. Fue el más activo con diferencia y tuvo tres ocasiones de gol, aunque no terminaron en gol por poco.
Aunque sean palabras mayores, algunos aficionados empiezan a ver en ‘Roro’ aquello que se les fue nostálgicamente con Álex Baena y, aunque el jugador del Villarreal dejó el listón más que alto, los simpatizantes gerundenses, desean esperanzados que Rodrigo Riquelme Reche sea uno de los líderes consolidados en el ataque del Girona.