El pasado 30 de agosto Aprilia anunciaba la alineación del que será su equipo satélite la temporada que viene: Miguel Oliveira y Raúl Fernandez. Con ellos en 2023 la fábrica de Noale contará por primera vez con cuatro pilotos en MotoGP, una evolución lógica, y necesaria, ahora que Aprilia ha dejado de ser el vagón de cola de MotoGP para pasar a aspirar a todo. Un todo, léase título, por el que está peleando ya con Aleix Espargaró como ariete. El de Granollers es ahora tercero del campeonato a 33 puntos del líder Fabio Quartararo y a tres de Pecco Bagnaia que lo acaba de superar en la tabla tras el cuarto triunfo seguido este fin de semana en Misano.
Aleix Espargaró, Maverick Viñales, Raúl Fernández y Miguel Oliveira serán la alineación de Aprilia para el año que viene y consecuentemente los escogidos para “guerra chica” que la fábrica de Noale mantendrá con Ducati, la otra marca italiana presente en MotoGP. Hasta ahora, Ducati había monopolizado el protagonismo entre los tifosi y los titulares de los medios de comunicación transalpinos, una situación que ha cambiado radicalmente en los últimos meses y que Aprilia pretende cambiar todavía más. El duelo fratricida está servido.
Y con todos los pilotos italianos copados por Ducati -cuenta en sus filas con Bagnaia, Bastianini, Marini, Bezzecchi y DiGianantonio-, Aprilia no ha tenido más alternativa que apostar por “extranjeros”. Una circunstancia que los del “otro lado” están aprovechando para resaltar su italianidad a 360º. Pero al final este planteamiento “yo más” no es más que un pulso estético. En las carreras las palabras se las lleva el viento porque lo que da y quita razones no es una bandera tricolor ni un pasaporte sino la bandera de cuadros; ese es el duelo que vale.