Guardiola dijo tras ganar la Champions de Wembley en 2011 que a Messi se le tiene que tener contento. El argentino es tan cristalino que basta con una mirada para saber si se encuentra cómodo o si le pasa alguna cosa. Ahora es feliz. Ha arrancado su segunda temporada en el PSG a buen ritmo y la prensa en Francia empieza a reconocerle sus méritos después de haber sido dura con él durante meses, quizá sin reparar en el drástico cambio de vida que supuso irse de Barcelona.
A ojos de muchos, Messi vuelve a ser Messi. El periódico L’Équipe le ha incluido una semana más en el mejor once de la jornada junto a Mbappé, a quien repartió dos asistencias en el sólido triunfo del PSG en Nantes. Protagonista con balón, es sin ninguna duda el ideólogo de muchas de las jugadas de ataque de un equipo que le busca sin disimulo a la espera de que el internacional argentino encuentre la mejor opción.
Hasta ahora Messi solo ha marcado tres goles en liga, pero ha dado siete pases decisivos y sobre todo se le ve más liberado, sin la angustia de la temporada pasada. A las puertas del Mundial, quizá su última oportunidad para coronarse con la albiceleste, ha recuperado las sensaciones y Francia enumera las muchas cosas que hace bien sobre la cancha. Más atrevido, más regateador y más vertical. Messi aún no se ha cansado de ganar.