La tercera aventura consecutiva en Europa nace con aires de campanada pendiente. Máxime a raíz de que un monstruoso proyecto como el del Manchester United quedara encuadrado en el mismo grupo de la Real. Una vez más, el viaje por el Viejo Continente brinda la oportunidad de brillar con luz propia, sin demasiado que perder, ante uno de los favoritos a levantar el título el 31 de mayo en Budapest. En estos términos grandilocuentes se mueve el fútbol a escala europea. Lo que quiere la Real es empezar a dejarse notar. No sólo con frecuencia, sino también con categoría.
La Real que tose en la clasificación de la Liga a los mejores, la Real que ha redescubierto el sabor de un título, la Real que viaja en primera clase institucional, la Real de las instalaciones vanguardistas, la Real del récord social, de la pasión desatada, tiene una asignatura en el candelero que es reivindicarse ante un coloso europeo. La tercera visita en nueve años al Manchester United (21.00 horas, Movistar Liga de Campeones) le puede hacer propinar un verdadero golpe de efecto en el Grupo E. Puntuar, y qué decir en caso de victoria, allanaría la carrera por un liderato que, a priori, los ‘red devils’ venderán caro. Contando con el almacenaje de la mayoría de los puntos contra el Omonia Nicosia y el Sheriff Tiraspol, un resultado positivo frente al United haría que las opciones de un primer puesto se multiplicaran, a expensas de la visita británica a Anoeta que cerrará la liguilla, allá por noviembre. Y el premio de ser líderes de grupo no es en absoluto desdeñable: evitar una eliminatoria contra los que caen de la Champions y plantarse automáticamente en octavos de final, como cabezas de serie.
Dudas atrás, recursos arriba
La Real viajó ayer a Manchester y hoy jugará arropada por 2.500 almas entregadas. El fondo superior, la esquina sureste de Old Trafford, volverá a ser, como hace nueve años, un hervidero emocionante de color txuri urdin. Serán, como siempre fueron, los fieles aliados de una escuadra que no renunciará a la victoria, puede que con el estilo habitual, quizá con alguna modificación táctica por la envergadura del United.
Más allá del sistema que plantee Imanol, hay una baja que afecta a todo el dispositivo defensivo: Le Normand. Es el francés el zaguero con más minutos siendo Alguacil el entrenador y por lo tanto, las dudas son existenciales. Aritz Elustondo y Jon Pacheco, un líder de vestuario y una joya de la corona, se juegan el puesto que deja libre el lesionado bretón, siempre que la Real salga con cuatro en la línea de retaguardia. También es posible que Aritz sea lateral en detrimento de Gorosabel, con lo que Pacheco acompañaría en el eje al central con sitio asegurado: Igor Zubeldia. Aihen jugará por la izquierda.
Si en la zona de atrás hay muchas incógnitas, en el capítulo ofensivo de la Real se suceden los recursos. Imanol parece no negociar la presencia en la medular de su cuarteto de confianza: Zubimendi, Merino, Silva y Brais. El de Orio está diseñando sus alineaciones apoyándose en este rombo central. El enigma para esta noche versa sobre si añadirá un quinto elemento, como Illarra, o alguien más ofensivo como Kubo, o si mantendrá el bloque con dos delanteros. En punta pueden jugar en solitario Sadiq o Sorloth, o bien cualquiera de los dos acompañado por Momo Cho, desatado contra el Atlético de Madrid. El francés y el nigeriano crearon una sociedad sensacional el sábado y aspiran a repetir, en este caso desde el principio, en sacrificio de Sorloth. Guevara entró en una convocatoria de 24 que se pudo confeccionar sin incurrir en errores burocráticos. La UEFA recibió de la Real todas las inscripciones para la Europa League a tiempo, de ahí que Marrero, el propio Pacheco, Barrenetxea, Navarro, Urko, Turrientes y Karrikaburu pudieran volar.
El Manchester puede rotar y meter en el ‘once’ al portero Dubravka, a Maguire o Casemiro, Fred y Ronaldo. Su potencial seguirá siendo de armas tomar.