Los Hernangómez, un talante distinto pero ganador para dar relevo a los Gasol

Los Hernangómez, un talante distinto pero ganador para dar relevo a los Gasol

Es uno de los éxitos menos esperados de esta selección, a pesar de todas las dudas todavía una auténtica fábrica de medallas para el baloncesto español. Los pupilos del relevo generacional ideado por Sergio Scariolo, arquitecto de los cuatro oros nacionales en el Eurobasket, estuvieron liderados, además, por una nueva pareja de hermanos después del adiós de los eternos Pau y Marc Gasol. Los Hernangómez, Willy (28 años) y Juancho (26 años), superaron también las expectativas de la mayoría al mando del rejuvenecido proyecto y ejercieron, con permiso del capitán Rudy Fernández y el nacionalizado Lorenzo Brown, de auténticos líderes del renovado combinado.

Aunque su estilo y talante, tanto dentro como fuera de la cancha, se aleja notablemente de las leyendas de Sant Boi, los Hernangómez no se han amedrentado ante la dimensión de la tarea encargada. En la final contra Francia hicieron un alarde de competitividad y compresión de la cita, y destacaron individual y colectivamente en el tremendo y celebrado (por inesperado) alirón. Juancho fue proclamado mejor jugador de la final, y Willy recibió luego el reconocimiento como MVP de un torneo que contó con estrellas mundiales de la talla de Nikola Jokic y Giannis Antetokounmpo, los dos últimos MVP de la NBA.

“Mi hermano y yo hemos comido mucha mierda, ha sido mucho trabajo en la sombra”, se sinceraba el mayor de los Hernangómez después de levantar la copa de campeones. “El oro sabe increíble. Empezamos hace 50 días a entrenar en Madrid. Había que tener confianza en el proyecto. Con el trabajo se puede hacer todo”, añadía. Pico y pala es quizás la identidad del grupo y de los hermanos, más bastos en sus declaraciones y menos talentosos que sus predecesores, pero, como en su momento los Gasol, personas con un compromiso férreo con La Familia.

Los hermanos Hernangómez besan la copa de campeones de Europa en Berlín, Alemania

Maja Hitij / Getty

Baloncesto en la sangre

La familia Hernangómez lleva un par de generaciones enganchada al baloncesto. El padre, Guillermo Hernangómez, llegó a debutar con el primer equipo del Real Madrid tras crecer en su cantera, desarrollando más tarde una carrera profesional como pívot de otros equipos de menor calado cortada por una lesión de gravedad. La madre, Margarita Geuer, fue un talento único e histórico del combinado nacional femenino, también la primera campeona de Europa de la familia en 1993. Olímpica en Barcelona 1992, donde logró una quinta plaza de mérito en una época donde no se les daba bola a las mujeres deportistas, llegó a disputar 158 partidos con España.

Willy hizo llorar a su madre cuando decidió ponerse su Geuer en la camiseta y dice que él se parece más a ella, que es muy cabezón. Su hermano, en cambio, ha salido perfeccionista, una característica de su padre. En todo caso, ambos han vivido en el seno de una familia muy exigente y trabajadora, quizás la clave de su éxito ahora.

Su hermana pequeña, Andrea, también un talento con mucho futuro sobre la cancha, vivió la final de Berlín desde Estados Unidos, donde estudia becada en la Universidad de Fairfield: “Llorando. Ojalá poder abrazarlos a todos ahora mismo. No solo a Willy y Juancho… pero el achuchón que les pegaba a mis padres en la grada…”.

Secundarios en la NBA, líderes en Europa

Un breve repaso a la trayectoria de los Hernangómez en sus aventuras al otro del charco desprenden la falta de oportunidades que han encontrado en la NBA. Juancho lleva varios años cambiando de franquicia de forma constante, sin encontrar un hogar definido donde desarrollar su potencial demoledor desde el juego del exterior. En 297 partidos, el mediano de la familia ha promediado 5,4 puntos y 3,4 rebotes en la liga estadounidense. A pesar de que con los Timberwolves tuvo un momento brillante con 12,9 puntos y 7,3 rebotes de promedio en 14 partidos, la franquicia terminó por traspasarle y pasó por cuatro equipos antes de recalar en los Boston Celtics como agente libre. En 2022 apenas tuvo protagonismo sobre la pista, aunque volverá a probar suerte en Canadá con los Toronto Raptors.

El hito más destacado del curso para él, además del oro, ha sido su participación en Garra, una película protagonizada por Adam Sandler y producida por LeBron James en la plataforma Netflix. “Podríamos haberlo soñado pero al final la realidad lo ha superado todo. Nunca nos imaginamos llegar hasta donde estamos”, decía en una entrevista con El País hace ya varios años. “Trabajo, constancia y humildad. Es lo que nos enseñaron nuestros padres y es nuestro lema”. Cuando tenía 14 años, Juancho dejó la cantera del Real Madrid, un revés que no le desanimó a seguir persiguiendo sus objetivos, que encauzó ya con el Estudiantes.

Más de lo mismo puede decirse de Willy, que sí desarrolló su trayectoria en las filas del Madrid. Su mejor año en la ACB fue con el CB Sevilla, llegando a promediar 10,6 puntos y 6,2 rebotes por encuentro. Después de ganar la Copa y la Liga con los blancos en 2016, decidió dar el salto a la NBA, donde nunca ha podido desprenderse de un papel secundario partiendo desde el banquillo. Gracias a las lesiones de Zion Williamson y Jonas Valanciunas durante la última campaña, Willy se ganó la confianza de su entrenador y completó su mejor curso con 9,1 puntos y 6,8 rebotes de promedio. De él, en todo caso, siempre han destacado sus entrenadores y compañeros su buena predisposición a trabajar y animar aunque a él, personalmente, no le vayan demasiado bien las cosas.

En este campeonato, los hermanos han dado un salto de calidad imponente, combinándose para anotar 30 puntos -17,2 de Willy y 12,8 de Juancho- y 12 rebotes -7 del mayor y 5 del menor- por encuentro para la España campeona de Europa. A pesar de su imagen distinta y su incomparable talento con los Gasol, los Hernangómez han puesto su apellido en lo más alto del deporte, un reconocimiento merecido a todos sus años de esfuerzo incesante.




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