El Inter de Milán-Barcelona será el gran plato fuerte de la tercera jornada de la Champions League, que se disputará tras el parón interncional de selecciones, ya que tendrá una gran influencia en las posibilidades de clasificación de cualquiera de los dos equipos. El equipo italiano no ha empezado la temporada de la mejor manera y eso ha puesto en duda el trabajo de Simone Inzaghi en el entorno ‘nerazzurro’. Por el futuro de Inzaghi le preguntaron al ex presidente más conocido de su historia, Massimo Moratti, con permiso de su padre, constructor del gran Inter de los 60. En una entrevista para Tuttomercaweb, Moratti tuvo una curiosa manera de ‘ratificar’ a Inzaghi. “No me pregunten qué haría yo, porque he cambiado demasiados entrenadores…”, ironizó uno de los dirigentes con menos paciencia de los años 90, famoso entre otros impulsos por llevarse a Ronaldo Nazario del Camp Nou y regalar prácticamente a Roberto Carlos al Real Madrid.
Seguramente consciente de que su opinión tiene peso -sólo hay que recordar la que se armó hace casi tres años cuando deslizó que el Inter se iba a llevar a Leo Messi del Barça- Moratti intentó salvar la cara de Inzaghi. “Creo que Inzaghi es muy buen chico y un excelente entrenador y el equipo esta más o menos igual que el año pasado”, señaló. Pero, a la vez, apostilló que “parece que el problema es más amplio si se trata de las relaciones internas entre jugadores y entrenador, como leemos; ojalá que no”. Eso sí, preguntado directamente por si destituiría al técnico, Moratti lo descartó como hecho inminente. “No me pregunten qué haría yo, porque he cambiado demasiados entrenadores… Mi opinión no es fidedigna. En serio: sí, seguiría con él, también porque hasta ahora se han jugado pocos partidos. Tres derrotas no son pocas, es cierto, pero yo insistiría con un entrenador que creo que ya ha demostrado ser bueno”, dijo.
En la relación de déficits de este Inter que es séptimo en la Serie A y que perdió ante el Bayern en Milán en el estreno de la Champions League, Moratti puso dos nombres: Ivan Perisic y Romelu Lukaku. De la marcha del atacante croata dijo que “tal vez se subestimó, porque hizo un gran trabajo” y del goleador belga admitió que “su lesión marcó una desventaja”.