Todo es posible en esta Argentina cada vez más imposible de transitar, de sobrevivir, de respirar… Eso sí, se viene el Mundial y parece que todas las problemáticas cotidianas no existieran. Entonces, de repente, el Gobierno entre sus temas de agenda incluye la falta de cromos de la fascinante aventura futbolera que pronto arrancará en Qatar.
Es una queja constante en redes sociales. Lo sufren los expendedores de los negocios de diarios y revistas. Lo padecen los kiosqueros. No hay cromos del Mundial. No se consiguen. ¿Por qué? ¿Dónde están? Para tratar de resolver esta cuestión, en la tardecita del martes argentino, la Secretaría de Comercio le dedicó dos horas de reunión a esta cuestión absolutamente menor en comparación con todos los inconvenientes de fondo por resolver.
El Secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, convocó a las dos partes enfrentadas que transitan un escenario repleto de tensión, al dueño de la empresa Panini y a los representantes del gremio de kiosqueros. La obsesión del Gobierno es encontrarle una salida a la situación.
Tombolini puso a disposición los equipos legales y técnicos de la Secretaría de Comercio para colaborar en la búsqueda de posibles soluciones entre las partes en torno a la comercialización de figuritas del Mundial.
La reunión disparó múltiples críticas y comentarios irónicos en las redes sociales. La Secretaría de Comercio se encarga de administrar la importación de insumos y de negociar los acuerdos de precios con las empresas y los puntos de venta. Todo en un país con una inflación que terminaría redondeando algo más de un 80 por ciento anual en el cierre de 2022.
El objetivo del Gobierno en este conflicto tan singular es transparentar la cadena de comercialización, el abastecimiento para que los cromos lleguen a todo el país y la regularización de los precios.
Ante una alta demanda de figuritas del Mundial, Panini prioriza la entrega a supermercado, estaciones de servicio y aplicaciones de delivery. Ahí, los tradicionales puestos de venta en Argentina denominados kioscos quedan en un absoluto segundo plano. Por eso estalló el conflicto. Y tanto fuerza tomó que se transformó en un tema de Estado. Pasa en Argentina.