Max Verstappen quería la pole en Singapur, pero finalmente deberá salir desde la octava posición este domingo. Difícil papeleta para el neerlandés, que pese a llevar el mejor coche, lo tendrá complicado para remontar debido a que el Marina Bay es el segundo circuito del Mundial en el que es más difícil adelantar. El vigente campeón del mundo fue a por la pole en los últimos minutos, y cuando parecía que podía lograrla, todo se torció. En su penúltimo intento pintó los dos primeros sectores de morado, pero en el último abortó su vuelta tras sufrir varios trallazos. Le quedaba un giro, pero cuando estaba atacando con todo, su equipo le dijo que tenía que abortar su última vuelta porque no tenía gasolina suficiente.
La FIA obliga a los equipos a terminar con un mínimo de gasolina en sus tanques de combustible. No hacerlo podía haberle costado a Max el tener que salir último este domino. Por ello, en plena vuelta le pidieron por radio que entrara a boxes. Max no podía comprenderlo.
“¡Pero qué cojones! ¡¡¡Pero qué cojones!!! ¡No entiendo nada compañeros, no entiendo nada!”, explotó por radio mientras su equipo le decía que ya lo hablarían después, sin querer revelar lo que había ocurrido.
A por una remontada difícil
Verstappen se llevó un tremendo enfado. Tendrá que salir desde la octava plaza. Su mejor degradación exhibida en las últimas carreras, unida a la alta degradación que se espera de las gomas en esta pista si no llueve, le puede dar alas si prueba una estrategia distinta y más agresiva para completar su remontada. Pero si llueve, Max estará en medio del pelotón en la salida, con el peligro que ello supone, y tendrá que aprovechar cualquier ‘Safety’ para poder ganar posiciones.