Juan Guaidó no ha aparcado la idea de una intervención militar en Venezuela. No la ha solicitado formalmente, la califica de “cooperación internacional”, pero sigue haciendo equilibrios con esa hipótesis. Tras la embestida de la justicia controlada por el chavismo contra la Asamblea Nacional, la detención del vicepresidente del poder legislativo, Edgar Zambrano, y las acusaciones formuladas contra una decena de diputados, el rival de Nicolás Maduro volvió este sábado a convocar a sus seguidores para pedirles que mantengan viva la presión hasta lograr un cambio.
Los mensajes de Guaidó, presidente del Parlamento reconocido por más de 50 países como mandatario legítimo, rescatan nuevamente la posibilidad de involucrar de forma directa al Ejército de Estados Unidos en lo que la oposición llama “cese de la usurpación”. En la plaza de Alfredo Sadel, en la urbanización caraqueña de Las Mercedes, el político anunció que dio instrucciones a su representante en Washington para que establezca contactos con el destacamento encargado de América Latina. “Hemos instruido a nuestro embajador Carlos Vecchio que se reúna de inmediato con nuestros aliados”, afirmó antes de mencionar “el Comando Sur y el almirante”. El objetivo, añadió, consiste en “establecer relaciones directas en materia de cooperación”.
El pasado 30 de abril el líder de la Asamblea Nacional lideró una operación que pretendía alentar una fractura en la cúpula de las Fuerzas Armadas venezolanas. Liberó al dirigente opositor Leopoldo López, pero no logró forzar la renuncia de Maduro pese a tener la complicidad del jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). En su opinión, ese día marcó “un antes y un después”. “Hoy tenemos muchas más opciones, incluso las de cooperación internacional. Hemos estado en las calles y vamos a seguir hasta lograr el objetivo”, clamó. Guaidó incidió especialmente en las fórmulas para conseguir su propósito y, ante un público que le pidió hasta nombrar ministros, habló de las opciones internas y externas.
“Depende de nosotros, va a depender de mantenernos movilizados en las calles. Va a depender de los venezolanos. La opción no es quedarnos en casa esperando, esa no es la opción”, enfatizó, después de que las movilizaciones convocadas en los últimos días no lograran el efecto esperado. Pero también si dirigió a la llamada comunidad internacional, que con la Administración de Donald Trump a la cabeza ha apoyado la hoja de ruta del Parlamento desde que lanzara su desafío al sucesor de Hugo Chávez el pasado 23 de enero. “Cuando nos pregunten cuál es la mejor opción, la mejor opción para Venezuela y lo digo a nuestros aliados de la Comunidad Europea, el Grupo de Lima, EE UU, es la que genere el cambio más rápido en Venezuela. ¿Por qué más rápido? Cuál es la opción más rápida para todos nosotros: definitivamente que se termine de ir el usurpador”, mantuvo.
Guaidó ha afirmado en varias ocasiones que si Washington ofreciera abiertamente su apoyo militar, probablemente lo aceptaría como demandan los sectores más duros de la oposición. De momento, el Gobierno de Trump se ha limitado a agitar ese fantasma, recurriendo a él como artificio retórico para incrementar la presión junto a las sanciones impuestas al régimen. El vicepresidente Mike Pence o el secretario de Estado Mike Pompeo no han dejado de asegurar que todas las opciones están encima de la mesa. No obstante, la escalada verbal nunca ha tenido concreción. Ese escenario, además, chocaría con la resistencia de Bruselas y de todos los que demandan una salida negociada a la grave crisis institucional que sufre Venezuela.
En este contexto, Guaidó evita hablar de intervención y menos de guerra. “En todo momento he hablado de cooperación. La intervención en Venezuela ya existe”, dijo. “Es la penetración del ELN y de los cubanos en Venezuela”. El jefe de la Asamblea Nacional considera necesario avanzar en “focalizar” las próximas acciones con las instancias internacionales. Se refirió a actores muy diversos. Pidió un aplauso para el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, una de las figuras más beligerantes con el chavismo, y habló incluso de los contactos con China, cuyo Gobierno es aliado de Maduro. “Hemos recibido una comunicación de la diplomacia china donde dicen que se aproxima una solución a través del grupo de contacto”, aseguró.
Pese a ello, en las filas opositoras siguen los recelos, al menos en público, con respecto a la posibilidad de entablar un diálogo con el régimen. En opinión de Guaidó, Maduro no se irá por las buenas e instó a sus bases a no ceder: “Sabemos que eso no va a ser voluntario y nadie sustituye la presión de los ciudadanos, de los valientes venezolanos. Nadie sustituye el ejercicio ciudadano de defender nuestros derechos”.
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