Las mejores frases del discípulo de Freud

Carl Gustav Jung fue discípulo de Freud, pero fundó una diferente escuela de terapia, lo que en la actualidad se denomina Psicología Profunda o Psicología Analítica.

Esta psicología considera la existencia de un inconsciente colectivo del que surgen arquetipos heredados y transmitidos; al mismo tiempo existe un inconsciente personal en el que se hallan los propios conflictos de la vivencia del propio individuo, en forma de complejos.

Para Jung, lo representativo y lo simbólico como las expresiones artísticas y los sueños son de gran importancia pues permiten aclarar el contenido del inconsciente en la conciencia.

Frases de Carl Gustav Jung

  • La función principal de los sueños es intentar restablecer nuestro equilibrio psicológico.
  • Eres lo que haces. No lo que dices que vas a hacer.
  • Si eres una persona con algún tipo de talento, no significa que hayas recibido algo. Quiere decir que puedes dar algo.
  • Los grandes talentos son los más encantadores y con frecuencia los frutos más peligrosos en el árbol de la Humanidad. Cuelgan en las ramas más delgadas y más fáciles de quebrar.
  • Yo no soy lo que me sucedió. Yo soy lo que elegí ser.
  • Aquellas personas que no aprenden nada de los hechos desagradables de la vida, fuerzan a la conciencia cósmica a que los reproduzca tantas veces como sea necesario, para poder aprender el mensaje del drama sucedido. Lo que se niega somete, lo que se acepta transforma.
  • La soledad no se caracteriza por no tener personas a tu alrededor, sino por no poder comunicar las cosas que te parecen importantes. O también por mantener ciertos puntos de vista que otros consideran inadmisibles.
  • Creo sencillamente que alguna parte del yo o del alma humana no está sujeta a las leyes del espacio y del tiempo.
  • Quien no haya pasado a través del infierno de sus pasiones, no las ha superado nunca.
  • La cosa más aterradora es aceptarse a sí mismo por completo.
  • El conocimiento de tu propia oscuridad, es el mejor método para hacer frente a las tinieblas de otras personas.
  • Aquello a lo que te resistes, persiste.
  • El tiempo es un niño que juega como un niño. Yo soy uno, pero contrapuesto a mí mismo soy joven y viejo al mismo tiempo.
  • Cuando los conflictos más intensos se superan, dejan una sensación de seguridad y tranquilidad que no se perturba fácilmente.
  • El péndulo de la mente se alterna entre el sentido y el sinsentido. No entre el bien y el mal.

Llegados a este punto, reflexionemos sobre cuánto hemos aprendido de este sabio psicólogo del siglo XX.


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