Dennis Schroder ha pasado un año tumultuoso alejado de Los Angeles Lakers. Cuando decidió probar suerte en el mercado de agentes libres, venía de rechazar una oferta de renovación de 84 millones de dólares y cuatro años por parte de la franquicia, aunque él asegura ahora que nunca existió el papel y el bolígrafo para la firma. “No rechacé nada porque no había un contrato”, afirmó antes los medios angelinos. Se quedó sin millones y terminó firmando un contrato de 5,9 millones por una temporada con los Boston Celtics, que luego lo traspasaron a los Houston Rockets en una temporada donde pasó mayormente desapercibido.
A sus 29 años, el jugador reaparece en L.A. con la sensación de que tiene “asuntos pendientes” con el equipo. “Voy a hacer lo que haga falta para conseguir una victoria y parar cerrar los asuntos pendientes”, comentó en referencia al campeonato. Él y Darvin Ham se conocen desde hace más de una década, un vínculo que puede resultar muy provechoso para todas las partes. Coincidieron en su temporada de novato con los Hawks, donde Ham era el encargado de desarrollar a los jóvenes talentos de la plantilla de Mike Budenholzer.
Su extraña y polémica salida tras rechazar los 84 millones que él dijo no ver por ninguna parte, aunque fuentes de la negociación aseguran a los principales medios estadounidenses que sí, le animó a repetir experiencia en L.A. “Toda la situación fue extraña, así que por eso dije que incluso jugaría gratis aquí. Quiero corregir la narrativa, que todos vayan en dirección correcta”, explicó.
El alemán entra en su décima campaña en la NBA con 621 partido disputados y promedios de 14,2 puntos, 2,9 rebotes y 4,7 asistencias. En su mejor momento, con los Atlanta Hawks, llegó a promediar 19,4 puntos y 6,2 asistencias por encuentro durante la temporada 2017-2018. Su capacidad anotadora y para repartir juego pueden ayudar a la segunda unidad angelina, aunque queda por ver cómo colaborará en el apartado defensivo.