CUENTAS PENDIENTES: El campeón imbatido.
Si aquí pudiese incluir un sonido mientras lees esto, sería el de un barbero afilando la navaja en la típica tira de cuero. ¿Por qué? Sigue leyendo… El último título que figura en el palmarés de Marc Márquez es el de 2019, aquel en el que sumó su sexto título de MotoGP con una media por carrera por encima de los 22 puntos. De eso hace ya tres temporadas, en las que esa corona de Márquez fue a parar en 2020 a la cabeza de Joan Mir, en 2021 a la de Quartararo, mientras que este año todas las cartas apuntan que se la llevará Pecco Bagnaia. Y digo ‘corona de Márquez’ porque ninguno de estos tres se proclamaron campeones derrotando al que a principios de 2020 era el indiscutible Rey Sol de MotoGP, de la misma manera que Marc podría recordarles que nadie le ha arrebatado ‘su corona en la pista; las dos partes son muy conscientes de ello. El Mundial sólo volverá a su ‘normalidad’ cuando Márquez sea capaz de competir una temporada completa, y entonces será el momento de ‘saldar cuentas’.
LA REALIDAD: No gana el que más corre.
“Nosotros no estamos aquí para hacer un resultado, sino para ir deprisa”, me ha explicado un ingeniero de uno de los equipos de fábrica de MotoGP, el que, cuando le comenté que lo que me acababa de decir sonaba a redundancia, me miró sorprendido. “No, para nada. No es igual terminar tercero a 20 segundos del primero que hacerlo quinto a 3 segundos. Nosotros preferimos mil veces el segundo resultado porque muestra que somos rápidos y que para llegar al primero queda mucho menos trecho que habiendo hecho tercero a 20 segundos”. Un planteamiento que colisiona con el de los pilotos, para los que el resultado lo es todo. Ambas partes también chocan en la gestión de una carrera, especialmente en MotoGP, donde salir a darlo todo es sinónimo de fiasco. Que se lo pregunten a Pecco Bagnaia, que sumó error tras error en la primera parte de la temporada cuando intentaba ser el más rápido en carrera. Sólo cuando entendió que lo que cuenta no está en cómo empieza sino cómo acaba, fue cuando comenzó a encadenar los resultados que le llevaron a recuperar a Quartararo una desventaja de 91 puntos. En los últimos GGPP el piloto italiano ha ganado carreras siendo más lento que buena parte de sus rivales, incluidos algunos con su misma moto.
LA NEGACIÓN CONSTANTE: Caer, levantarse y demostrar.
Esta es la secuencia con la que el entorno de Pecco Bagnaia describe la constante que le ha acompañado a lo largo de su carrera deportiva. Fue así en el inicio de su presencia en el Mundial, cuando tras apenas cinco carreras le fue comunicada su salida del equipo a final de año. Sólo la inesperada llamada de Valentino Rossi evitó que el motociclismo se quedase sin el que seguramente se proclamará Campeón del Mundo de MotoGP en 2022. Un logro al que llegará después de verse abocado nuevamente a pasar por la secuencia “caer, levantarse y demostrar”. Porque a lo largo de toda la temporada, cada vez que no ha cumplido con las expectativas, o cometía un error, le caía una lluvia de críticas que le colgaban el cartel de piloto inconsistente y frágil. En cambio, cuando ha hecho resultados -6 victorias en lo que llevamos de temporada-, esos mismos le han negado el mérito, adjudicándoselo a la súper Ducati que pilota. Y ahora que está a las puertas de conquistar su segundo título, el discurso es que si lo gana es gracias a la ayuda de otros pilotos de Ducati. Esa negación constante es algo que a Pecco no entiende, le fastidia y le afecta…Yo lo entiendo.