Jaylen Brown, jugador de los Boston Celtics de la NBA, y Aaron Donald, de Los Ángeles Rams de la NFL, rompieron sus colaboraciones de negocios con el rapero Kanye West, cuya popularidad ha sufrido un profundo bajón a raíz de sus recientes declaraciones de carácter antisemita y racista.
“Reconozco que hay momentos en los que mi voz y mi posición no puede coexistir en espacios que no representan mis valores. Y, por esta razón, termino mi asociación con ‘Donda Sports’”, escribió Brown en un comunicado publicado en su cuenta de Twitter.
El jugador de los Boston Celtics informó además de que las últimas 24 horas les sirvieron para reflexionar sobre su decisión, después de que asegurara este lunes que seguiría vinculado a la empresa de márketing de Kanye West.
También Aaron Donald, estrella de los Rams, vigentes campeones de la NFL, publicó en Twitter un comunicado en el que asegura que las afirmaciones de West son exactamente “lo opuesto” a la manera en la que su familia quiere vivir su vida y criar a sus hijos.
West escribió a principios de octubre una serie de mensajes antisemitas en Twitter e Instagram, y previamente acudió a un desfile en París luciendo el lema “White Lives Matter” (“Las vidas blancas importan”), utilizado a menudo por supremacistas blancos en respuesta al movimiento contra el racismo “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”).
La presión sobre los socios del rapero -que oficialmente se llama Ye- para tomar alguna medida de represalia por su comportamiento, creció esta semana, cuando un grupo de odio desplegó una pancarta en una autopista de Los Ángeles en la que se leía “Kanye tiene razón sobre los judíos”.
Ye también se enfrenta a una demanda por difamación de la familia de George Floyd, el afroamericano asesinado por un policía en Mineápolis (EE.UU.) en 2020, que le reclama 250 millones de dólares por decir en un podcast que la causa de su muerte fue el consumo de fentanilo y no la violencia policial.