Los principales focos negativos en este inicio de temporada de la NBA se los han llevado los Lakers y los Sixers, pero los vigentes campeones no están para lanzar cohetes. Los Golden State Warriors siguen sin conocer la victoria lejos de casa y presentan un balance de tres triunfos y cuatro derrotas en el arranque de su defensa del título. Steve Kerr, entrenador y figura desde el banquillo, no está muy preocupado pero tampoco esconde la necesidad de mejora de sus pupilos. “Todo lleva su tiempo, y ya llegaremos, en eso tengo confianza”, reflexionaba tras la dura derrota por 128-114 en casa de los Detroit Pistons. “Nuestros chicos deben juntarse y encontrar una razón de ser, entender qué significa esto”.
En la segunda noche de un back-to-back, tan solo Stephen Curry (32 puntos) y Jordan Poole (30 puntos) lograron anotar en dobles dígitos. Klay Thompson, que ha arrancado el año con una serie de 27 aciertos en 78 tiros de campo (34%), descansó como parte de su programa de recuperación completa de la grave lesión en el talón de Aquiles que contribuyó a su ausencia de dos temporadas antaño. Con seis de las piezas clave del campeonato todavía en la plantilla, suena a marciano que estos Warriors deban estar preocupados, pero sí.
“Tenemos que espabilar. Un par de compañeros hablaron en el vestuario sobre la necesidad de sentir urgencia, de solucionar esto juntos, así que estamos centrados en ello”, decía Poole tras el encuentro. Un entrenador con conocimiento de causa, de froma anónima, reconoció a The Ahtletic que los veteranos están en marcha neutra, un hecho que facilita la exposición del núcleo joven y débil de la rotación.
El otro gran protagonista de la pretemporada, un Draymond Green que ya actúa como si él no hubiera hecho nada malo hace un par de semanas, lo dijo alto y claro. “Cuando juegas con un grupo más joven, esto complica las cosas en ambos lados de la cancha”, valoraba el autor del puñetazo del año. “De ninguna manera, sin embargo, esto quiere decir que sea culpa de los jóvenes. Todos tenemos nuestra parte en el problema y tenemos que solventarlo. No creo que ninguno de nosotros esté jugando tan bien en ningún lado de la pista”, añadía.
La defensa de Golden State es especialmente blanda en este arranque de curso: han otorgado 125 puntos o más en cuatro de sus siete partidos, la segunda vez que ocurre en la historia de la franquicia con un solo precedente anciano (1962-1963). En total, los Warriors han encajado 854 puntos en siete partidos, 122 de promedio. La cifra es, según la ESPN, el peor registro de todos los tiempos para los defensores de la corona.
Además del agujero defensivo, Kerr se mostró preocupado por la tendencia de los suyos a recurrir a las faltas personales, el cansancio mostrado en la prórroga contra los Hornets la noche anterior y la ternura que todavía demuestra algunos de sus jóvenes con más futuro, especialmente Jonathan Kuminga y James Wiseman.
Curry, la única presencia regular en este inicio trastabillante, tampoco está todavía muy preocupado, pero concuerda con la tesis general de su entrenador y algunos de sus compañeros de vestuario: “El esfuerzo ha sido bueno, pero cuando no es cohesivo y no estamos tocando la misma nota, ya puedes intentarlo todo lo que quieras porque no conseguirás resultados”.